Las encuestas acertaban. Ganó Barack Obama, que será el presidente número 45 de la historia de los EEUU. Será el mismo que el 44, como es habitual. Desde que tengo recuerdo, sólo dos presidentes no han revalidado su primer mandato para completar los ocho años que tienen como tope: John F. Kennedy, a quien se lo impidió su asesinato en Dallas, Jimmy Carter, que fue derrotado por Ronald Reagan en las elecciones de 1980, tras su lamentable gestión de la crisis de los rehenes estadounidenses en manos de Jomeini. Qué gran película ha hecho Ben Affleck, por cierto. Tampoco repitió Bush Sr. derrotado por Clinton en 1992. También es cierto, como señala Carrascal, que Barack Obama es el primer mandatario del mundo que supera unas elecciones tras la crisis. En rigor, el primero fue Núñez Feijóo, pero las elecciones gallegas son otra liga. Seguramente las superará también Ángela Merkel. Lo sostenía ayer en El País, Ignacio Sotelo, quién lo iba a decir.
Oyendo el discurso de Obama en Chicago, tras conocer su victoria es imposible no simpatizar con este hombre. Incluso Artur Mas, en la magnífica viñeta de Ricardo:
Debemos estar atentos a la vanguardia del catalanismo, después de que el nuevo ma non troppo presidente de EEUU empezara su discurso diciendo que
Esta noche, más de 200 años después de que la que fuera colonia ganara el derecho a determinar su propio destino, la tarea de perfeccionar nuestra Unión se mueve
Es inevitable que haya quien establezca la majadera analogía. Recuerden que la bandera de las barras y estrellas de Obama está copiada de la que envuelve a Mas, aquella en plata y ésta en oro, que siempre ha habido clases.
Nota.-En la singladura de ayer, el remero Parmenio dio una palada extraordinariamente brillante para explicar la razón última del fracaso de Mas en su viaje a Rusia. Lo tenía seleccionado para ondular, pero transmisión del discurso del ganador Obama lo ha impedido. Era esto:
Parmenio dijo:
La consecuencia del último referendum independentista en Rusia fue una drástica reforma urbanística en Grozni. Allí también hubo un listo que dijo que ni tribunales ni constituciones pararían la independencia del noble pueblo checheno. Hay que ser muy limitado para ir a Moscú a hablar de independencias regionales unilaterales. Es casi tan inteligente como regalar biblias para vender jamón en La Meca.
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