Entre las irregularidades contadas en primera persona se encuentra la situación vivida por un hombre que acompañaba a una jubilada para solicitar un préstamo. El hecho es que una empleada le comentó vía telefónica a la jubilada que no se le daba el préstamo por ser «sospechoso» un hombre que acompañaba a la mujer y que previamente fue a averiguar requisitos. La empleada sostuvo que el hombre fue 4 veces cuando había ido 3 veces a hacer las averiguaciones. La acusación es lesiva desde lo moral.
También al tomar una boleta de telefónica la empleada tuvo la pésima idea de mirar el número fijo presentado ahí y se puso a buscar en telexplored, la titularidad del teléfono citado aparecía a nombre de otro que no es el solicitante, a lo que el hombre que presentó el papel aseguró lo incorrecto de la práctica, ya que no es certera la información y de ahí en más comenzó la seguidilla de irregularidades con esa presentación de requisitos. Resulta que en AMAS trabajan dos empleadas, una al frente de un escritorio más externo llamada Laura y la otra empleada es Marta -quien trabaja en el interior-. La primer mujer citada es quien le llama por teléfono a la jubilada para avisar que no otorgará el préstamo y de ahí las irregularidades y hechos absolutamente escandalosos como averiguación de información personal y demás que también citamos en un link anterior.
Relacionados
Proyecto de Luis Rueda para amortiguar costos de electricidad en San Juan
Alerta meteorológica para este jueves y esta noche
Primer Caso de Rabia Animal en San Juan