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«De acá no nos vamos», dicen en Plaza de Mayo

ACAMPE POR SALA1El logo de la Tupac Amaru flamea en la Plaza de Mayo. Como si se tratara de una conquista, las banderas de la organización barrial marcan territorio frente al Cabildo, donde desde la noche del miércoles hay un acampe en reclamo de la liberación de la dirigente Milagro Sala, detenida hace 13 días e investigada por la justicia jujeña en varias causas.
Si no fuera por la inmensa cantidad de banderas y pancartas políticas, el acampe del microcentro sería una copia exacta del que decora la plaza Belgrano, en Jujuy, desde hace ya 45 días. A diferencia de aquél, en la protesta frente al Cabildo dominan los logos de La Cámpora, el Movimiento Evita y Quebracho. La CTA, ATE y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) también apoyan a los manifestantes.

El acampe ocupa una buena parte de la plaza y fue levantado a una velocidad considerable, según señalan los propios manifestantes. Las carpas de todos los colores armadas sobre el césped de la plaza rodean un gazebo blanco gigante que hace de centro de reuniones y asambleas.
La presencia de la Tupac en ese espacio es inconfundible. Por dondequiera que se entre, reciben al visitante columnas de fotografías que destacan a la líder de la agrupación: primeros planos de Sala con la inscripción #LiberenAMilagro, imágenes de la dirigente con el papa Francisco, de talleres textiles, de viviendas sociales y hasta de festivales para niños organizados por la Tupac.

Una vez adentro, en el centro de ese espacio, un hombre come porotos de una lata mientras se apoya en una mesa sobre la que descansa una escultura de medio metro de alto de la Virgen de Luján. Lo rodean mesas y sillas de plástico donde los manifestantes pasan las horas entre mates y juegos de cartas.
«De acá no nos vamos a ir, y si nos quieren sacar, que vengan. Resistiremos», desafió una mujer que vestía una remera blanca con la estampa de Tupac Amaru.

El ambiente ayer estuvo calmo, aunque se vivieron momentos de tensión, especialmente cuando cerca de las 16.30 el ex secretario de Comercio Interior del kirchnerismo Guillermo Moreno llegó a la carpa. Lo recibieron con arengas y cánticos por la liberación de la detenida.

Aunque por el momento los manifestantes no fueron notificados por un eventual desalojo, no descartan que en algún momento ocurra. Según explican, en menos de doce horas la policía fue tres veces a pedir que se libere el lugar. «Vinieron apenas nos instalamos y les dijimos que no. Volvieron a la una de la mañana [del jueves] y también les dijimos que no. Hoy [por ayer] vinieron temprano y fue la misma respuesta. ¿No entienden? Nos quedamos», aseguró, fastidiado, uno de los acampantes.

Mabel, una jujeña que vivió toda su vida en Buenos Aires, cree que lo que ocurre en su provincia natal va más allá de las denuncias contra Sala y adjudica la responsabilidad al nuevo gobierno. «Esto del neoliberalismo yo ya lo viví. Se vienen la persecución, los despidos y el hambre. En dos meses de gobierno pudieron llevarse a Milagro Sala. ¿Qué sigue? Yo no quiero esto para mis hijos», dijo sin contener las lágrimas.

«[Lo que ocurre en Jujuy] es un abuso a la democracia, a la libertad y al pueblo argentino», dijo a la nacion Nando, un vecino que está en el acampe desde la primera hora.

En cada conversación, los manifestantes dejan en claro que no se van a ir. Tan inalterable es esa decisión que el acampe tiene su propio cronograma de actividades, como nuevas marchas y hasta presentaciones de libros. Creen que será un acampe largo.

 

fuente LA NACIÓN

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