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La incógnita de los gremios es hasta dónde cederá Macri

«Por primera vez vemos alguna luz al final del túnel.» «Salimos con expectativa de cumplimiento.» «Después de meses, por fin hablamos de soluciones concretas.»
A ese tipo de frases apelaron ayer los sindicalistas que se sentaron nuevamente a la mesa del Gobierno, esta vez para discutir sus demandas antes de decidir si lanzan o no el primer paro contra Mauricio Macri .

Los integrantes del triunvirato y parte de la mesa chica que desde fines de agosto dirige la CGT unificada se fueron satisfechos del Ministerio de Trabajo. Creen que el Gobierno va a dar respuestas y que, tal como se comprometió, lo hará en no más de 10 días.
Frente a esa certeza, queda en pie una incógnita: cuánto y hasta dónde cederá Macri. En la medida y el alcance de los anuncios estará la clave. O como lo puso uno de los invitados a la cita: «Nos quedó claro que algo van a ofrecer. La duda es cuán generoso será el bolsillo del Gobierno».

Los hombres de la CGT lograron que la Casa Rosada se comprometiera a analizar cuatro demandas puntuales: una mejora salarial vía bono de fin de año para trabajadores de los sectores público y privado; un plus para los jubilados que cobran la mínima; que al medio aguinaldo que se paga en diciembre no se le descuente el impuesto a las ganancias y una suma extra para beneficiarios de planes sociales.
Son todas herramientas con las que se busca recomponer los ingresos de la población frente a la inflación y la caída en la actividad acumulada este año.

El reclamo por el monto de la ayuda social a los desocupados es el reflejo más claro del reciente acercamiento entre la CGT y los movimientos sociales y de piqueteros.

«Los ministros coincidieron con nosotros en el diagnóstico y en la urgencia de la situación», graficó a LA NACION uno de los jefes gremiales que estuvieron frente a frente con los enviados de Macri.

Según la versión sindical, los ministros propusieron avanzar primero en la convocatoria de la mesa de diálogo con empresarios y recién después, en ese ámbito, analizar los reclamos de la CGT.

«Les transmitimos que el orden tenía que ser inverso: primero ocuparnos de la urgencia, salir de la encrucijada, descomprimir la situación social y después, sí, avanzar en el diálogo con empresarios», explicó a LA NACION otro de los presentes sobre cómo fue el intercambio.

Ese orden de prioridades quedó plasmado en el comunicado que el Ministerio de Trabajo difundió dos horas después del cónclave. «El Gobierno se ha comprometido a analizar los reclamos y a avanzar en las respuestas a través de la búsqueda de consenso y la convocatoria a la Mesa de Diálogo para la Producción y el Trabajo», dice el texto.

Los gremialistas también leyeron como un claro gesto de parte de la Casa Rosada el haber sido recibidos por los principales referentes del gabinete. Estuvieron el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, Alfonso Prat-Gay (Hacienda), Jorge Triaca (Trabajo), Francisco Cabrera (Producción) y el secretario de Coordinación Interministerial, Mario Quintana.

«Son los tipos que resuelven. Con ellos podemos hablar sin intermediarios, que lo único que hacen es demorar las soluciones», celebró otro sindicalista.

Aunque nadie lo plantee abiertamente, la reunión sirvió para calmar sustancialmente el «ánimo de paro» que en las últimas semanas se había adueñado -aunque en algunos casos sólo siempre que hubiera un micrófono enfrente- de parte de la dirigencia de la CGT.

Algo de ese espíritu quedó expuesto en las palabras de Héctor Daer, uno de los triunviros, que fue el vocero gremial de la reunión. «En 10 días el Gobierno convocará a una reunión con empresarios y a partir de ahí tendremos confirmaciones y respuestas. No hay tregua ni fecha de paro. La situación es la misma, pero estamos avanzando en favor de encontrar resultados», afirmó el dirigente del gremio de Sanidad a los medios que lo esperaban en la vereda de la avenida Alem, a metros de la puerta del ministerio.

También valoraron que sus demandas hayan quedado fijadas en tinta. El penúltimo párrafo del comunicado las enumera sin eufemismos. Como era de esperar, también aclara que los reclamos se analizarán «contemplando la necesidad de cumplir las metas fiscales anunciadas [por el Gobierno]».

Además de Daer estuvieron los dos secretarios generales de la CGT, Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento) y Carlos Acuña (Estaciones de Servicio). También, Andrés Rodríguez (UPCN), Roberto Fernández (UTA), Francisco «Barba» Gutiérrez (UOM) y Abel Frutos (Panaderos).

 

fuente LA NACIÒN

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