El presidente de Grecia, Karolos Papulias, anunció hoy aquí el aplazamiento del encuentro previsto con los líderes de las principales fuerzas políticas para negociar la composición del nuevo gobierno, ante la negativa de los partidos de izquierda a participar.
De este modo se evidenció la falta de legitimidad de la propuesta, apenas unas horas después de que Papulias se reuniera con el primer ministro, Yorgos Papandréu, y con el líder del partido conservador Nueva Democracia, Antonis Samaras, para avanzar hacia un gobierno de salvación nacional.
Durante la entrevista, Papandréu presentó la renuncia a su cargo, lo que allanó el camino para la formación de un gobierno de coalición en el que estarían representados los dos partidos mayoritarios y dirigido, probablemente, por el exvicepresidente del Banco Central Europero Lukas Papadimos.
Sin embargo, tanto el Partido Comunista (KKE) como la Coalición de Izquierda Radical (Syriza) mostraron su rechazo a un plan, cuyo único objetivo es ratificar los acuerdos adoptados en la Cumbre de Bruselas del pasado 27 de octubre, y mantener a Grecia a toda costa en la zona euro.
Para Aleka Papariga, secretaria general del KKE, el gobierno que se está gestando sólo servirá a los intereses del capital griego y europeo, y las medidas que adopte no serán temporales, sino que afectarán a la vida de los griegos durante los próximos 10 o 15 años.
La dirigente comunista aseguró que la quiebra del Estado era inevitable y recordó que tanto el Movimiento Panhelénico Socialista (Pasok) como Nueva Democracia (ND) son herramientas al servicio del sistema capitalista, que es el responsable de la grave crisis, que nada tiene que ver con la gestión de los gobiernos.
Por su parte, el presidente de Syriza, Alexis Tsipras, justificó su negativa ante la falta de legitimidad de un gobierno que no recoge la voluntad popular y que será políticamente impotente para enfrentarse a los problemas del país.
Esa parece ser también la percepción mayoritaria de los griegos, a tenor del sondeo presentado el sábado por el diario Ethnos, según el cual algo más de la mitad de los encuestados (un 54,8 por ciento) no creen que el nuevo gobierno pueda hacer una política diferente a la realizada por el actual.
La muestra también ofrecía un dato reseñable sobre la representatividad de un gobierno integrado únicamente por los dos partidos mayoritarios: la intención de voto conjunta al Pasok y a ND apenas alcanzaba al 37,3 por ciento, mientras que el 60,3 por ciento restante se repartía entre el resto de partidos e indecisos.
PRENSA LATINA