NO PARODIAR EN TWITTER DE ESPAÑA

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Este usuario no existe», responde a media mañana el buscador de Twitter cuando se le pregunta por @NanianoRajoy, una cuenta que parodiaba al candidato del PP a presidir el Gobierno. El caso es que hasta hoy existía, pero ha sido borrada por los gestores de la red de microblogging. Los tuiteros han reaccionado al momento, han creado el hashtag (etiqueta para agrupar comentarios) #freenaniano y la han aupado (durante un rato) al primer lugar de los trending topic de España o temas de los que más se habla. También se pide por su alma en #prayfornaniano.

¿Qué criterio usa la web para borrar una cuenta? En los términos de uso, Twitter, además se reserva «el derecho en todo momento de borrar» o negarse «a distribuir algún contenido en los servicios y de eliminar usuarios o reclamar nombres de usuarios». En las reglas de uso, entre apenas una docena de vetos que van desde la violencia y las amenazas a la pornografía, la violación de los derechos de autor y el spam, figura en primer lugar que está terminantemente prohibido la suplantación de personalidad. «El usuario no podrá suplantar la personalidad de otros a través de los servicios de Twitter de manera que realmente confunda o engañe a otros, o intente hacerlo». Sin embargo, existen otras muchas cuentas-parodia, como la de la duquesa de Alba.

Con una foto de perfil de un sonriente candidato del PP, la misma que usa el líder del PP real, Naniano no insultaba ni recurría a la descalificación, sino que se dedicaba a lanzar mensajes satíricos como si fueran del propio Rajoy y que apuntaban a la falta de concreción del programa y del candidato. Por ejemplo: «Voy a arreglar todos los problemas de Eshpaña como se tienen que arreglar» y «en el debate Rajoy-Rubalcaba hablaré de lo que tenga que hablar». Tenía, según esta web que alberga su cadáver, 1.900 seguidores.

Aunque Twitter haya hecho desaparecer este perfil, borrar todo rastro de él resulta complicado gracias a las herramientas nacidas al calor de esta red social. Favstar.fm permite por ejemplo recuperar los mensajes de Naniano más reenviados. Hace dos días, su tuit «Y dale con mi programa… ¡que me lo baje del rincón del vago!» logró que 1.144 reenvíos o retweetes.

En la etiqueta creada en su memoria, #freenaniano, se denuncia básicamente el derecho a parodiar, máxime en una red social en la que triunfan las bromas y el ingenio. «Aunque a alguno no se lo parezca el derecho a la parodia forma parte del derecho fundamental a la libertad de expresión», sostiene en un tuit David Maeztu. En la misma línea, Antígona critica a los «censores ridículos» y otros muchos piden respeto para el humor. Muchos usuarios que se pusieron en su día de foto de perfil la imagen del Rajoy real tuneada temen que también los eliminen.

Willy Uebel propone en ese foro hacer «una denuncia masiva a Twitter de la cuenta real de Rajoy», ya que «en teoria la cerraran» por las quejas. No todo son críticas, también hay quien se alegra del cierre, acusa a las «Juventudes sociatas» de estar detrás de esta crítica y les advierte de que no van a ganar las elecciones. Como cabía esperar, el borrado de Naniano ha dado pie a la creación de otras muchas cuentas con variantes clásicas como el guión bajo: Naniano_Rajoy.

No hay día en el que PP, para bien o para mal, no logre colar algo entre lo más de los más en esta red social. Hoy, incluso, por partida triple. Junto con #freenaniano, están entre los 10 temas más comentados #ApuestaSorpresaMariano y Querido Alberto. La primera etiqueta, que ha crecido hasta colocarse por encima de las voces que piden libertad para Naniano, especula sobre qué es lo que va a anunciar Mariano Rajoy, una novedad sin precisar avanzada a su vez por el equipo que gestiona la cuenta de Twitter del líder popular Mariano Rajoy.

En Querido Alberto, se agrupan los comentarios sobre el debate a cinco bandas de anoche, en el que los candidatos se tuteaban y que acabó siendo un catálogo de y tú recortas más. En sus mensajes, los internautas echan en cara al regidor de la ciudad más endeudada de España prometiera mejorar la gestión económica de España.

Fuente: El País