Nosotros decidimos traer una nota que lleva muchos años. De hecho la nota es del 2007.
Que visto desde ahora en aquel tiempo, les dejamos estas declaraciones para que puedan valorar y preguntarse si cambió o no la postura de la ONG.
La nota apareción en Cuyo minero, suplemento de Diario de Cuyo. Pero antes de cualquier valoración, debemos saber que Pablo Milana sigue enrolado en esa organización.
Jueves, 8 de Marzo de 2007
«Quien está contra la minería obviamente es un ignorante»
La Fuci es una de las agrupaciones más combativas de los últimos años, nacida junto a las cacerolas en el 2002. Ahora focalizó sus dardos en la actividad minera.
-¿Fuci es «contra-minería»?
-De ninguna manera. Lo niego en forma absoluta. Lo dijo en forma absoluta y me encanta la posibilidad que tenemos hoy de charlar con CUYO MINERO. La fundación es una defensora de la minería. Muchísimas de las cosas que hoy en la actualidad tenemos la posibilidad de disfrutar, la tecnología, son producto de la minería. Quien está en contra de la minería, obviamente es una persona ignorante, no tiene idea de lo que está hablando. Hay gente que está en contra de la minería a cielo abierto, con cianuro y sobre fuentes de agua. Eso es otro tema y hay que diferenciarlo.
-Pero cuando hablamos de la minería a cielo abierto, es la minería que tenemos…
-No. Tenemos también minería que no es esa. Acá no sólo se explota oro…
-Pero la gran minería es esa.
-Si vamos a hablar de la gran minería, por la envergadura de los proyectos que se están dando hoy, que pareciera que es la que está de moda hoy, estamos hablando de una minería a cielo abierto, utilizando cianuro y con sustancias tóxicas… la posición de la fundación es que ya está eso instalado. Está cumpliendo leyes, paradigmas ya dispuestos con anterioridad y por los cuales esas empresas vinieron a instalarse. Lo que la fundación está queriendo es que haya controles efectivos, no sólo del Estado, que debiera ser el garante de nuestra tranquilidad, sino también que haya controles ciudadanos. Pretendemos lograr sentarnos a una mesa con el gobierno, la empresa minera y organizaciones de la sociedad civil, e invitar científicos y técnicos para que nos ayuden a controlar. Si de ese control, con el cual yo pueda estar tranquila, resulta que hay contaminación… tenemos distintos caminos: o reparar, o indemnizar o paralizar las obras, si realmente no hay manera de parar la contaminación y eso nos pudiera afectar en el presente o en el futuro.
-Yo la escucho y escucho el mismo discurso en Casa de Gobierno. ¿Cuál es la diferencia?
-La diferencia es que no se quieren sentar con nosotros. Yo no sé si el gobernador no tiene gente que le haya llevado este mensaje… Lo tengo documentado. Yo en el mes de agosto pedí una audiencia para sentarnos a discutir estos temas y para ayudarle a controlar. Porque yo lo escucho que pide auxilio y yo se lo quiero dar.
-¿Pero la Fuci está en condiciones de aportar técnicos para el control, o es algo que se agotaría en el voluntariado?
-No, nosotros nos agotamos en el voluntariado. Nosotros queremos sentarnos para ver de qué manera podemos efectivizar los controles. Por supuesto que tenemos que conversar de eso: la forma en que lo haríamos. La fundación pone a disposición del gobierno todos sus recursos humanos y económicos: nuestra capacidad, nuestro voluntariado, nuestro amor a la cordillera, nuestras ganas de dormir tranquilos.
-Haría falta también un poquito de geólogos, de ingenieros de minas…
-Obvio, pero para eso es que tenemos que sentarnos a ver cómo podemos hacer. Buscar los medios, los recursos. Yo creo que se pueden encontrar.
-¿No se corre el riesgo, con un embate político como el que está desarrollando la Fuci, de espantar nuevas inversiones en San Juan?
-De ninguna manera. Yo no sé si nosotros espantamos a alguien. Yo creo que si espantamos a alguien es porque ese alguien no quiere funcionar transparentemente. Yo lo que pretendo es que no tengamos dudas sobre nada, que haya acceso irrestricto a la información y que lo que planteemos no sea tomado en chiste.
Porque cuando nos contestan la impugnación que presentamos sobre Pacua Lama, realmente es vergonzoso decir que la ley no prevé sustento tecnológico y científico para la Declaración de Impacto Ambiental. Son cosas descabelladas que uno no está dispuesto a aceptar. Nosotros hacemos denuncias, como la de los glaciares que se habían omitido. La causa está en Jáchal. La idea no es espantar, al contrario, yo creo que las cosas hay que hacerlas, pero con transparencia para que no haya ningún asomo de corrupción.
-El gobierno actual instrumentó un decreto por el cual se habilitó un proceso de consulta previa a la Declaración de Impacto Ambiental. ¿Esto contribuye o no?
-Es muy interesante esto que ha generado el decreto 1815. Sí, es buena la consulta pública, pero en la medida en que tenga una respuesta adecuada. Yo no puedo hoy decir que ha sido bueno, cuando la Fuci hizo una impugnación diciendo que no había sustento técnico científico en el informe de impacto ambiental que presentó Barrick para Pascua Lama. Y me contestaron que no hacía falta porque la ley no lo pide. ¿Cómo uno va a informar sobre el impacto en una zona geográfica determinada si no se tiene las líneas de base?
-¿Y los estudios de base no están? Porque Barrick ha presentado exposiciones donde ha dado constancia de esta información de referencia…
-Bueno, lamentablemente esa información no está en el informe de impacto ambiental. Yo tengo el CD que se puso en la consulta pública. Yo no digo que no haya ningún estudio de línea de base. Pero no me puede contestar el secretario de Minería que no hace falta esta información porque la ley no lo prevé. Es algo obvio.
-Más allá del sentido común, que es el que guía las críticas de la Fuci contra el impacto ambiental, ¿la fundación dispone de un equipo técnico idóneo que pueda evaluar y juzgar el informe de impacto ambiental?
-No, nosotros no disponemos de un equipo técnico idóneo. Nosotros lo que tenemos es nuestra capacidad jurídica y la capacidad intelectual de Pablo Milana. Por eso es que necesitamos juntarnos todos, con la esperanza de que realmente nos sentemos todos en la misma mesa y se pueda mejorar lo que está. La idea es que este informe de impacto ambiental se rehaga, con intervención de la Justicia.
-Objetar esta DIA, que fue prorrogada en función de las objeciones y de la intervención de las dos universidades…
-(Interrumpe)… la Católica no intervino, fue invitada pero no estuvo. Y en la Nacional hay una evaluadora que dijo que no se podía aprobar el informe de impacto ambiental así como se había presentado. Por eso queremos que la justicia diga la palabra final.
-¿Y llevar esto a la justicia, no implica inseguridad jurídica para la empresa?
-De ninguna manera, de ninguna manera. Me parece que es muy bueno aclarar que estamos en la República Argentina, en un Estado de derecho donde las leyes están para ser aplicadas, y ello es justamente el resguardo para el ciudadano. Nosotros estamos dentro de un procedimiento regulado por las leyes. Así como las leyes les permiten instalarse y todo este procedimiento de evaluación, dentro de este procedimiento la ley también establece la revisión judicial. Para una empresa, la revisión de un juez es fundamental. Es una tranquilidad para la empresa, no inseguridad jurídica.
«Lo que la fundación está queriendo es que haya controles efectivos, no sólo del Estado, sino también de los ciudadanos».
«Pretendo que no tengamos dudas sobre nada, que haya acceso irrestricto a la información y que lo que planteemos no sea tomado en chiste”.