La diputada nacional Sandra Rioboó, quien aspira a acceder a la conducción nacional del radicalismo, cargó contra las actuales autoridades partidarias y advirtió que «si no quieren discutir el rumbo, la UCR se diluye».
Riobioó advirtió que están «nuevamente tomando el atajo para evitar discutir el fondo» y remarcó que «la UCR tiene un problema de identidad y necesita definir el rumbo antes que perderse en estratagemas desesperadas para fugar hacia delante».
«No es casual que los máximos responsables de esta crisis estén trabajando a destajo para instalar un falso consenso en torno a un nombre. Primero fueron con (Ángel) Rozas, después con (Juan Manuel) Casella y ahora vienen con (Mario) Barletta, la verdad es que lo único que les preocupa es evitar la discusión política, aunque ello implique negar lo evidente», explicó.
A través de un comunicado de prensa, la diputada aseguró que «la UCR está dislocada y padece de una peligrosa disociación con la realidad». Al ser consultada sobre la intención de allanar el camino del candidato Mario Barletta, la legisladora consideró que esa maniobra «es de corto aliento».
«Los radicales tenemos la obligación política y moral de rediseñar nuestra ubicación en el sistema político argentino, en los últimos años hemos abandonado el sinuoso camino de la construcción de una alternativa coherente que garantice la alternancia en el poder por privilegiar el rol conformista y fugaz del liderazgo de un espacio opositor», dijo.
Rioboó advirtió en ese sentido que «no es tiempo de evadir la realidad». «Si no se resuelve para dónde vamos, los nombres son absolutamente intrascendentes y en pocos meses tendremos una nueva recaída producto de las contradicciones que atormentan a un partido que no parece dispuesto a asumir de dónde viene, qué es y para dónde va», indicó.
Por su parte, el senador nacional Eugenio «Nito» Artaza reclamó que la Unión Cívica Radical deje «de influenciarse» por «las grandes corporaciones periodísticas o empresarias» y que se sitúe «del lado de los desposeídos».
Desde la capital correntina, el legislador y actor cómico aceptó que «no fue favorable» la alianza electoral que la UCR selló con el peronismo disidente en los últimos comicios y reconoció la falta de «un proyecto de país solvente» de parte de su partido.
Artaza reclamó que el partido deje de influenciarse «por las grandes corporaciones periodísticas o empresarias» ya que se trata de una fuerza «históricamente antimonopólica y antiimperialista» y, a la vez, «nacional y popular».
«Tenemos que estar del lado de los desposeídos, ya que hay millones de pobres que esperan respuestas de un partido nacional y popular», dijo, instó a «buscar un liderazgo en el partido y una renovación» y consideró que el próximo presidente «tiene que ser uno de los delegados del partido», aunque evitó dar nombres.
En un acto de entrega de sillas de rueda, Artaza admitió que la UCR «no tuvo un proyecto nacional que sea más solvente que el del gobierno nacional» y abogó por «recuperar aquel gran proyecto» para que «el radicalismo represente a la sociedad y a los más vulnerables».