La música mariachi y el fado, patrimonio de la humanidad
La Unesco también agregó a la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad el saber tradicional de los chamanes jaguares del Yuruparí de Colombia y el peregrinaje al santuario del Señor de Qoyllurit’i de Perú.
La música de los mariachis mexicanos, el fado portugués, el saber tradicional de los chamanes jaguares del Yuruparí de Colombia, y el peregrinaje al santuario del Señor de Qoyllurit’i de Perú ingresaron hoy en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.
Reunidos en la isla indonesa de Bali, el comité de expertos sostuvo que los mariachis transmiten valores que fomentan el respeto del patrimonio natural de las regiones mexicanas y de la historia local, tanto en español como en las diversas lenguas indígenas del oeste del país.
Los grupos musicales de mariachi, o mariachis, son típicos de México. Una regla quizá no escrita dice que deben ser no menos de doce integrantes, aunque no hay límite para el máximo. Los instrumentos son una mezcla de guitarras, vihuela, violines y trompetas; a veces se suman flautas y arpas y hasta acordeón.
«El comité de la Unesco decidió reconocer al mariachi dado que -entre otros aspectos- ha sido transmitido de generación en generación, recreado constantemente durante eventos festivos, religiosos y sociales, reforzando el sentido de identidad y continuidad de sus comunidades portadoras en México y el extranjero», dijo en Ciudad de México el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Los grupos musicales mariachis interpretan, además de canciones de su propio género, boleros, rancheras y baladas.
«No hay ninguna expresión musical mexicana más difundida por el mundo, y esta universalidad tenía que verse reflejada en la lista de patrimonio inmaterial», indicó el secretario de Cultura de Jalisco, Alejandro Cravioto.
Una de las nuevas propuestas de la lista, aprobada por los 24 países que integran el comité, fue la de los chamanes jaguares del Yuruparí de Colombia
Los expertos reconocieron la «ejemplaridad» de la candidatura colombiana de esta tribu, que transmiten por vía masculina y desde el nacimiento el Hee Yaia Keti Oka, una sabiduría que les fue entregada desde sus orígenes por los creadores para cuidar del territorio y de la vida.
La Unesco también declaró patrimonio cultural el peregrinaje al santuario inca del Señor de Qoyllurit’i de Perú, que recorre ocho kilómetros y finaliza en el sitio sagrado, situado a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar. Esta celebración fusiona tradiciones andinas y europeas cristianas y conforman una expresión religiosa compleja y única en el mundo.
La última propuesta aprobada por la Unesco fue la del fado portugués, un género que surgió en los barrios humildes de Lisboa y que habitualmente es cantando por un solista acompañado por una guitarra.
FUENTE: CALRIN