Tanto Moyano como sus adversarios advierten que no aceptarán paritarias con porcentajes fijos
Por Nicolas Balinotti | LA NACION
Con una postura unificada como muy pocas veces ha logrado en los últimos años, los sectores más representativos de la CGT anticiparon que no aceptarán debatir las subas salariales en las paritarias de 2012 si el Gobierno pretende fijar unilateralmente un tope a los aumentos.
Las recientes amenazas de Hugo Moyano encontraron eco hasta en dirigentes sindicales que no comulgan con su liderazgo. Oscar Lescano , secretario general de Luz y Fuerza, uno de los referentes del sector de «los Gordos» (grandes gremios), cuestionó ayer el avance de la inflación y dijo que el incremento salarial del año próximo debería ser superior al 18%, la cifra máxima que desea la Casa Rosada.
«La inflación ya erosionó los aumentos salariales de este año. Va a ser difícil que los aumentos sean de menos del 18%. El que pierde es el trabajador. Sólo ahora hay aumentos de hasta el 5% [en productos y servicios]. De abril a la fecha, ¿no aumentó nada? Por qué entonces pretenden que a nosotros nos den sólo el 18%», se quejó Lescano en declaraciones radiales.
Hace una semana, Moyano había manifestado que no aceptaría límites en las paritarias. «Eso significaría que no hay negociación», respondió el camionero, tajante. Lo hizo después de participar de la Conferencia de la Unión Industrial Argentina (UIA), donde Cristina Kirchner mostró gestos de reconciliación con los empresarios, como su público rechazo al proyecto de ley de reparto de las ganancias entre los trabajadores.
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, sostuvo la semana pasada que las paritarias del año que viene no tendrán «ni piso ni techo». Sin embargo, el mensaje de la viceministra de Trabajo, Noemí Rial, fue diferente. «El piso salarial de 2012 está recompuesto. Habrá otros parámetros», reconoció ante La Nacion la número dos de Tomada.
La oposición a establecer un porcentaje en la negociación paritaria es un tema que encontró unanimidad en todos los sectores sindicales. A Moyano y Lescano, también se les sumó el «independiente» Antonio Caló. «Deben ser libres y no tener techos», indicó el metalúrgico hace unos días durante un acto con el ministro Tomada en Tecnópolis. La opinión de Caló es valiosa porque es un potencial candidato a reemplazar al camionero al frente de la CGT a partir de 2012.
El sindicato de Luz y Fuerza que lidera Lescano arrancará a partir del 10 de enero con la negociación paritaria. Será uno de los primeros. Lescano sólo aceptaría un incremento del 18% si es que los empresarios y el Gobierno se comprometen a congelar los precios de los productos de la canasta básica de alimentos. «Para achicar la inflación se debe actuar. Y si quieren poner techo a los salarios, también deberían congelar algunos precios», dijo a La Nacion el dirigente de Luz y Fuerza.
CÓMO FUE LA PARITARIA 2011
El poder de negociación de Moyano está algo devaluado. Exhibió su primera grieta cuando el 30 de marzo pasado acordó en la Casa Rosada un aumento del 24% para su gremio en las paritarias. También lo hizo Gerardo Martínez, el líder de los obreros de la construcción. Se trató de un intento de mostrar junto con el Gobierno una referencia moderada para condicionar los debates de otros sindicatos. La estrategia no tuvo el resultado esperado. Hubo gremios que cerraron paritarias con alzas de hasta el 36% (visitadores médicos) o del 32% (los metalúrgicos de Caló). Incluso, hasta Facundo Moyano firmó una suba superior a su padre (28,5%) para los empleados del peaje.
Si bien Moyano se mostró amistoso y cordial durante su encuentro con el presidente de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, jamás dudó en enrostrarle que sus reclamos serán permanentes. «No se tienen que poner nerviosos, esto es una lucha constante», les dijo Moyano a los empresarios durante la Conferencia Industrial. El mensaje del camionero también fue dirigido a la Casa Rosada.
Antes de la dura negociación que se avecina por las subas salariales, Moyano prevé canalizar sus fuerzas en la reconstrucción de las bases del viejo Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA), como anticipó La Nacion el sábado pasado. El fin de semana se terminó de bajar en tinta un borrador al que adherirán varios gremios durante un acto en la sede del gremio de las telecomunicaciones. La precarización laboral, el impulso del proyecto de ley de reparto de las ganancias entre los trabajadores y una reforma tributaria son los principales puntos del documento que se expondrá el 6 de diciembre entre los dirigentes alineados al liderazgo del camionero.
Si bien los sectores opositores a Moyano no se sumarán a esta alianza de gremios, hubo dirigentes que coincidieron en que el Gobierno aún no dio respuestas sobre determinados asuntos.
«Se debe gestionar en unidad para lograr resultados. Hay que elevar el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, combatir el trabajo en negro y actualizar las asignaciones familiares», pidió Lescano, que enseguida se diferenció del actual líder de la CGT. «Si Moyano no se va, se frenarán las paritarias», opinó el cabecilla de «los Gordos».
No solamente la discusión por un supuesto tope en las paritarias une las fuerzas de la CGT. Un hipotético avance del Estado sobre la caja de las obras sociales sindicales también agruparía a los gremios.
CRISTINA KIRCHNER SE MOSTRARÁ CON MARTÍNEZ
En medio de la creciente puja entre Cristina Kirchner y Hugo Moyano, que tuvo su pico la semana pasada, la Presidenta se verá hoy con Gerardo Martínez, secretario general de la Uocra y uno de los hombres con los que el Gobierno coqueteó para destronar a Moyano de la CGT. A pesar de que Martínez quedó expuesto por su participación en la dictadura militar, la jefa del Estado ya se había mostrado con él hace tres semanas en Cannes, en el G-20. Hoy, el líder de la Uocra, junto con Carlos Wagner, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, será anfitrión de Cristina en el cierre de la convención anual de la CAC