Manifestantes iraníes quemaron banderas de Gran Bretaña e Israel en protesta por las sanciones contra el país por su plan nuclear. El jefe del régimen advirtió a Occidente que no dará marcha atrás con sus objetivos. La semana pasada, Londres anunció nuevas sanciones contra la república islámica
Manifestantes iraníes ingresaron el martes al complejo de la embajada británica en Teherán, donde rompieron ventanas, quemaron la bandera y arrojaron cócteles molotov en medio de una protesta contra nuevas sanciones de Londres a la república islámica.
Imágenes de la televisión iraní mostraban a decenas de manifestantes dentro del complejo arrojando piedras y documentos.
La agencia semi-oficial Mehr dijo que los manifestantes bajaron la bandera británica en el complejo, la quemaron y sustituyeron por la iraní. El canal estatal IRIB informó que los manifestantes arrojaron cócteles molotov y que un pequeño edificio fue incendiado.
Además, cerca de 200 estudiantes de la milicia islamista Basidji entraron en un segundo complejo diplomático británico, al norte de Teherán, informó la agencia oficial Irna.
Los estudiantes «hallaron documentos confidenciales y de espionaje» en el recinto de esta antigua residencia diplomática, añadió la agencia.
Gran Bretaña afirmó estar «indignada» por la irrupción en su embajada en Teherán e indicó que es «totalmente inaceptable y condenable».
Un portavoz del Foreign Office instó al régimen iraní a «actuar urgentemente para controlar la situación», citando su deber de proteger a los diplomáticos y a sus embajadas, en conformidad con la legislación internacional.
Ayer, el Reino Unido anunció que responderá «de manera enérgica» si las autoridades de Irán siguen adelante con su plan de expulsar al embajador británico de Teherán, según advirtió el ministro de Exteriores, William Hague, en el Parlamento.
Hague calificó de «deplorable e injustificada» la decisión de Irán de aprobar una ley que rebaja las relaciones políticas y económicas con el Reino Unido, y que supone la expulsión de su embajador.
El Consejo de Guardianes de la Revolución de Irán convalidó la ley ratificada por el Parlamento debido a las sanciones anunciadas hace una semana por Londres contra el Banco Central de Irán.
El ministro de Exteriores británico dijo que la medida, que podría entrar en vigor dentro de dos semanas, «no ayudará a reparar la reputación internacional de Irán».
«Responder de esta manera a la presión de la comunidad internacional es totalmente contra productivo y un signo más de que Irán no tiene ninguna voluntad de diálogo«, explicó Hague.
La ley, que deberá ser ratificada en los próximos cinco días por el iraní Mahmoud Ahmadineyad, también supone rebajar «al mínimo el nivel las relaciones económicas y comerciales» entre los dos países.