Por Martin Hacthoun
Damasco, 22 dic (PL) En medio de intensificada hostilidad mediática y política, Siria recibirá hoy al primer grupo de observadores de la Liga Árabe (LA), cuyo trabajo el Gobierno espera sea objetivo con la realidad de los acontecimientos en el país.
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La avanzada de un total de 100 a 150 inspectores que visitarán Siria durante un mes, según el protocolo rubricado entre Damasco y la LA, lo encabeza Samir Saif al-Yazal, asistente del secretario general de esa organización, Nabil al-Arabi.
Este primer equipo lo integran expertos en seguridad y en asuntos legales y administrativos, según anunció en El Cairo Ahmed bin Helli, subsecretario general de la LA.
El martes ese organismo regional de 21 Estados ahora que Siria está suspendida designó al oficial sudanés Mohammed Ahmed Mostafa al-Dabi como jefe de la misión observadora.
Helli dijo que Dabi viajará a Egipto para reunirse con Al-Arabi y recibir instrucciones antes de trasladarse a Siria dentro de unos días.
Manifestó esperanza de que la misión ayude a implementar la iniciativa árabe para una salida de la crisis siria sin interferencia internacional.
Tras la firma del protocolo el pasado lunes, el canciller sirio, Walid al-Moallen, expresó su deseo de que la LA y su misión observadora realmente ayuden a resolver la crisis, y no gravite sobre ella como pesada carga.
Siria aceptó firmar el protocolo luego de asegurarse de que ese plan de inspección no transgreda su soberanía.
Los observadores tendrán libertad para ir donde quieran, y el Gobierno tan solo les informará si un área es segura o no, «y asunto de ellos si quieren correr un riesgo», dijo el ministro, aunque recalcó que Siria garantizará la seguridad de los visitantes.
La solución del problema de seguridad en el país depende de que los grupos armados terroristas pongan fin a sus actos violentos, de asesinatos, secuestros y sabotajes, mientras los asuntos políticos se resolverán mediante el diálogo nacional con todas las partes que no respondan a una agenda extranjera, insistió al-Moallen.
Mientras, Estados Unidos acusa a Damasco a priori de que ya violó los acuerdos con la LA, en tanto Francia denuncia al Gobierno de Bashar al-Assad de cometer una masacre en Idleb y Homs.
En esas dos provincias son donde con mayor frecuencia operan las bandas armadas que incluso integran, según recientes confirmaciones, mercenarios extranjeros de la red Al-Qaeda, la jihad salafista traídos para unirlos a extremistas sirios de la Hermandad Musulmana, entrenados principalmente en Turquía y el norte del Líbano.
El ministro libanés de Defensa, Fayez Ghusun, corroboró operaciones clandestinas de infiltración hacia Siria a través de puntos fronterizos ilícitos de pertrechos bélicos y mercenarios de Al-Qaeda procedentes de países de la región como si pertenecieran a la oposición siria.
Desde el martes, un día después de la firma del protocolo, medios occidentales y algunos árabes aumentaron la ofensiva mediática contra Siria, en un principio con informaciones a veces contradictorias, pero ya hoy todos los canales tal parece que repiten un guión único.
Los más incisivos son los servicios catarí y saudita Al-Jazeera y Al-Arabiya, respectivamente, secundados por los occidentales BBC World News, BBC Arabic, France 24, la Voz de América y otros.
Luego de encontradas informaciones sobre cifras de muertos, ahora todas coinciden en que han muerto de 200 a 250 personas en Idleb y Homs, citando como fuente activistas de derechos humanos, establecidos en Londres.
Al-Jazeera aceptó, no obstante, que las fuerzas sirias han infligido certeros golpes a los grupos armados en Idleb y Homs, y que los grupos de la oposición en el extranjero están divididos, descoordinados y sin liderazgo.
Ante esa realidad, ahora los medios resaltan una nueva agrupación creada hace unos días en Francia y en la que sus auspiciadores han puesto como líder a un exdiplomático sirio, quien fue expulsado por corrupto del servicio exterior de Damasco en 2010.
Por otro lado, los cancilleres de Rusia y China, Sergei Lavrov y Yang Jiechi, respectivamente, reafirmaron su posición común de que la situación en Siria debe ser resuelta sin interferencia extranjera.