Las razones siempre apuntan al clima, al igual que con otros productos sanjuaninos; pero los riesgos aumentan ante un estado sin presencia ni colaboración, ante la falta de previsión; ya que ésta no es la primera vez de una helada de tal magnitud en suelo provincial, otros años también se registraros pero ¿cómo fueron sus efectos? Por otra parte, se debe observar que tiene que haber una recuperación permanente de dueños locales para que sean quienes comanden el destino productivo.
Esta temporada, el 13% de los olivos no se cosechó
Hay 5 diferimientos que “colgaron los guantes”. Las heladas y el precio del aceite, los detonantes.
Alguien dijo que los vaivenes climáticos van a frenarse? Entonces si hay un 13% menos de cosecha, indica que hay trabajar un 15% más para conseguir un número aceptable.
EL sector olivícola es el más afectado y es uno de los que más áreas cultivadas tiene ¿qué nos espera para toda la producción?
El sector olivícola vive uno de sus peores momentos en la provincia, al punto que más de 3.000 hectáreas -el 13 por ciento de la superficie cultivada- ni se cosecharon esta temporada, producto de que las heladas de julio pasado las dañaron y que el bajo precio del aceite y los altos costos, pusieron la ecuación en rojo. Fuentes del sector confirmaron que hay 5 grandes diferimientos de la zona este de San Juan que directamente “colgaron los guantes” y erradicarán las plantas o, en su defecto, reconvertirán la producción por pistachos, aunque el tema económico es una traba y desde el Gobierno no dieron señales de salir a acompañar esta tarea.
“La olivicultura está en terapia intensiva”, graficó Daniel Dates, uno de los referentes de la segunda mayor industria de la provincia (23 mil hectáreas, entre las que están incluidas aceitunas para aceite y para conserva), detrás de la vitivinicultura.
Los diferimientos -cuentan por lo bajo- son 5, pero 4 de ellos serían los más comprometidos, ya que el restante pertenece a una firma que “tiene espalda”, sostienen. Hay dos de los diferimientos en los que se precisaron algunos detalles: por un lado, se trata de una finca en la zona de 25 de Mayo de unas 400 hectáreas, de las cuales al menos 300 se erradicarían. Por el otro, en El Encón casi 1.000 hectáreas no se cosecharon y de no existir un cambio drástico en las condiciones del valor del aceite, directamente se abandonarían, dijo una importante fuente del departamento. Todo comenzó la noche del 22 de julio, donde la helada fue implacable para las plantas. Las más jóvenes, de 3 o 4 años, el frío prácticamente les fue mortal. Mientras que las ubicadas en las ‘’zonas bajas’’ de la provincia (al Este de ruta 40) no zafaron y el saldo final arrojó cifras alarmantes: 8.765 hectáreas afectadas. El 47 por ciento de esa superficie tuvo pérdidas de entre el 50 y 79 por ciento. En tanto que en el 25 por ciento de esa superficie, el daño alcanzó el 80 por ciento. Apenas el 28 por ciento de ese hectareaje las pérdidas fueron menores al 50 por ciento, según los datos que suministró la Secretaría de Agricultura de la provincia. Hasta ahí, el primero de los ‘’dardos envenenados’’ que recibieron los olivos esta campaña en San Juan. El segundo, la pésima cotización del aceite en un mercado mundial (principalmente el europeo) totalmente deprimido. Dates contó que en la temporada pasada la tonelada de aceite se ‘’colocaba’’ en los puertos del Viejo Continente, sobre los 3.600 dólares, en tanto que ahora toca los 2.200 dólares y con tendencia a la baja. El tercero, la inflación. Precios muy bajos e insumos un 30 por ciento más caros que el año pasado. El más duro de los ítems y que hacen ruido en el bolsillo de los productores, el valor de la mano de obra. ‘’No dan las cuentas. Con los valores de mercado que existen es imposible que cierren los números. En San Juan la mayor parte de la cosecha se hace manual y no sólo que cuesta conseguir gente, sino que además se cotizan muy bien y eso es realmente difícil de afrontar en este contexto’’, comentó Carlos Echeverría.
Reconversión
Apenas se conoció la magnitud de los daños de la última helada, la vedette que corrió como reguero de pólvora fue la “reconversión” de los olivos de las zonas bajas por otros cultivos de mayor resistencia, por ejemplo el pistacho. “Es una alternativa, pero para todo esto se necesita plata. Hay que arrancar los olivos y luego plantar. Son 2 o 3 años donde se invierte mucho y no se gana nada”, se sinceró Dates. Calculan que unas 7.000 hectáreas de olivos deberían ser reconvertidas en San Juan.
Qué se pretende de parte del Gobierno local al no buscar rápidas soluciones?
FUENTE: REDACCIÓN / DIARIO DE CUYO