Luis Baraldini, detenido el domingo tras permanecer prófugo de la justicia argentina desde 2003 por violaciones a los derechos humanos, será juzgado en La Pampa por su participación al frente del Comando de la Subzona 1.4, responsable de esa cantidad de secuestros y tormentos ocurridos en esa provincia durante la última dictadura
La detención del ex coronel, anunciada por la ministra de Seguridad, Nilda Garré, fue destacada como un “hecho histórico” en la provincia por víctimas del accionar de Baraldini y las autoridades de la justicia federal local, que desde hace años encabezaban la intensa búsqueda del represor oculto en Bolivia.
Baraldini había logrado esquivar el juicio contra los represores pampeanos responsables dela Subzona 1.4, en el que finalmente en noviembre de 2010 fueron condenados varios de sus subalternos durante la dictadura, por las detenciones ilegales y las torturas de los detenidos que estuvieron secuestrados en la sede de la Subzona, ubicada a metros de la Casa de Gobierno de la capital provincial.
En ese marco la fiscal federal Marta Odasso, quien actualmente lleva adelante la investigación del segundo tramo del juicio, destacó que con la detención del ex militar “es un hecho fundamental para juzgar los delitos ocurridos en La Pampa”, y agregó que al conocer el anuncio de la ministra Garré sintió que se podía “jubilar tranquila”.
El primer destino de Baraldini en La Pampa fue en el regimiento de Caballería 101 con sede en Toay, pueblo lindante a la capital provincial, donde tuvo a cargo la Inteligencia del regimiento a partir de mediados de 1975, aunque oficialmente llegó para “realizar saltos ecuestres”, una de sus pasiones.
A esa altura, previo al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, Baraldini orquestaba en Santa Rosa y toda la provincia la denominada “comunidad informativa” de la mano implacable coronel Ramón Camps, jefe militar en La Pampa antes de desembarcar en la policía bonaerense ya en el gobierno de facto de Jorge Rafael Videla.
Para noviembre de 1975, el grupo de tareas comandado por Baraldini comenzó con la detención de docentes de la Universidad Nacional de La Pampa, estudiantes y médicos que intentaron poner en marcha el Servicio Provincial de Salud, un sistema de atención gratuito que contaba con el aval del entonces gobernador Aquiles José Regazzoli (PJ).
Consumado el golpe de Estado, el coronel Fabio Iriart tomó el mando en la provincia y dejó a cargo de Baraldini el aparato represivo, dado que Ramón “Lobo” Camps asumía su cargo al frente dela Policíabonaerense.
Al frente del Comando dela Subzona 1.4, Camps fue el responsable de más de 300 detenciones ilegales y torturas, que en mucho de los casos llevaba él mismo adelante, según se estableció en el juicio sustanciado en 2010 en La Pampa.