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Insólita puja en Tribunales por el caso de Once

La tragedia ferroviaria

El fiscal Delgado acusa a Bonadio de no dejarle ver el expediente

Por Paz Rodriguez Niell  | LA NACION

Son los máximos responsables deinvestigar la tragedia de Once y los protagonistas de un enfrentamiento cada vez más duro y explícito. Federico Delgado , el fiscal, denunció que Claudio Bonadio, el juez, le esconde el expediente, no se ajusta a la ley y le impide hacer su trabajo. Ayer, por escrito, lo acusó incluso de haberse «apropiado» de la causa.

Pocas veces en los tribunales se asiste a comunicaciones de un tenor semejante entre unfiscal y un juez federal. Bonadio no le respondió. «No es un tema importante. Hay 51 muertos», dijeron ayer a LA NACION en el juzgado. Hace una semana, el fiscal, que es el representante del interés de la sociedad en el proceso, había pedido el expediente 24 horas para sacarle fotocopias.

Bonadio maneja con gran celo esta causa y sostiene que se han orquestado «campañas periodísticas» que confunden a la gente. Según escribió en una resolución, sospecha de Trenes de Buenos Aires (TBA), la empresa concesionaria del servicio. Con ese fundamento, tomó una medida inusual: allanó la Gerencia de Relaciones Institucionales y Comunicaciones de la compañía. No buscaba pruebas que explicaran los motivos del choque del tren ni que mostraran las deficiencias en las prestaciones del servicio (ya había allanado TBA para eso), sino datos de la supuesta campaña mediática.

El último allanamiento estuvo a cargo de Gendarmería, que se llevó de las oficinas de TBA once computadoras (todas las del área), agendas y discos con información. Fue el martes pasado, en las oficinas de la empresa del grupo Cirigliano de Ramos Mejía 1385.

El operativo había sido ordenado por el juez un día antes, por medio de una resolución -que hasta ayer no había trascendido- en la que Bonadio sostuvo que el allanamiento era necesario «atento a que los resultados parciales de la pericia generan confusión y son utilizados por las partes que intervienen en campañas periodísticas, resultando perjudicadas las víctimas y la población». El juez no dio detalles de las presuntas campañas ni de la responsabilidad de TBA en ellas.

Con el mismo argumento (evitar la confusión general), el día del allanamiento Bonadio había dispuesto el «secreto» sobre el peritaje de un grupo de ingenieros ferroviarios sobre el tren de la tragedia. Fue otra decisión poco habitual. El Código establece que el secreto corresponde «siempre que la publicidad ponga en peligro el descubrimiento de la verdad», pero en este caso se dispuso para evitar que se difundieran datos parciales del estudio. «Las conclusiones, por supuesto, serán públicas», anuncian en el juzgado.

La publicidad de la investigación fue también motivo de roces entre Bonadio y Delgado: el juez decía que el fiscal filtraba información de la causa.

PRONTO DESPACHO

En su escrito de ayer, Delgado le pidió al juez «el pronto despacho» de su presentación anterior; es decir, una respuesta rápida. Relató que el juez no le había contestado. «O si lo hizo -dijo el fiscal- lo desconocemos, ya que la causa sufre una suerte de «apropiación» del señor juez de instrucción que veda a esta parte el conocimiento de la dinámica del expediente.»

La relación entre el juez y el fiscal llegó a un punto de no retorno la semana pasada, cuando Delgado -con dos escritos muy duros- acusó a Bonadio de ocultarle las decisiones que tomaba e impedirle cumplir con su «rol de acusador». En aquellas presentaciones lo exhortó a ceñirse a las normas y, para ilustrar «los peligros de sortear el camino de la ley», le recordó la experiencia de «juristas e intelectuales filonazis».

Además, le dijo que era preciso cambiar un «rasgo cultural» arraigado en el mundo judicial; un ámbito donde, según Delgado, se sigue viendo a los fiscales como «subordinados» de los jueces.

Pero las diferencias entre ellos habían empezado mucho antes, casi en simultáneo con la causa. En su primera presentación en el expediente, Delgado le pidió al juez que investigara los subsidios que había recibido TBA: cuánto había cobrado y cómo lo había utilizado. Para Bonadio, ése no era el momento. Fue a los pocos días del choque, cuando él estaba concentrado en revisar el tren, atender a las víctimas y determinar la responsabilidad del maquinista.

Ahora, hay dos peritajes en marcha: uno sobre la formación, a cargo de ingenieros ferroviarios, y otro sobre las cuentas de TBA; los subsidios que recibió, las inversiones y los controles del Estado sobre el cumplimiento de la concesión. Este último, ordenado la semana pasada.

Ayer, el fiscal le pidió también al juez investigar posibles movimientos irregulares de los fondos de TBA. Delgado solicitó que se le ordenara a la Secretaría de Transporte informar si, como relató ayer Clarín, TBA desvió fondos de subsidios a una financiera.

LA INVESTIGACIÓN

Responsables

El juez federal Claudio Bonadio investiga quiénes fueron los responsables del choque de trenes. Por ahora el expediente tiene un solo imputado formal, el maquinista Marcos Córdoba, pero el juez busca determinar si la tragedia tuvo otras causas.

Peritajes clave

Para conocer las causas del accidente Bonadio ordenó dos peritajes que serán clave: uno sobre los restos del tren chocado. Ya está en marcha y los peritos trabajan desde hace 15 días analizando pieza por pieza los vagones y la maquina para saber si fallaron los frenos u otro sistema del tren. También dispuso otro análisis contable sobre los subsidios que percibió TBA. Busca determinar si hubo desvíos o si se invirtieron en las formaciones.

Funcionarios

Bonadio por un lado consideró al Estado como víctima (querellante), pero por otro investiga si los funcionarios incumplieron su obligación de controlar. Por eso prohibió la salida del país del ex secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi y del titular de la CNRT, Eduardo Sícaro.

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