La Policía tunecina dispersó ayer a un grupo de manifestantes que atacaron la sede provincial de la Gobernación de Sidi Buzid, donde estallaron las revueltas que acabaron con el anterior régimen. Al menos 200 jornaleros que realizan trabajos comunitarios protestaron por el retraso del pago de dos meses de salarios y bloquearon la céntrica calle de Habib Burguiba con barricadas de neumáticos a los que prendieron fuego.
Numerosos ciudadanos y jóvenes parados se unieron a los manifestantes, que irrumpieron en la sede de la Gobernación y obligaron a los funcionaros a desalojar el edificio. Las fuerzas antidisturbios emplearon gases lacrimógenos para dispersar a los participantes en la protesta, que lanzaron piedras y neumáticos ardiendo contra las fuerzas del orden. En su retirada, un grupo de manifestantes saqueó la sede regional del partido islamista moderado en el gobierno, Al Nahda.
En la protesta se oyeron lemas contra el Gobierno islamista.