Por Mariano Obarrio | LA NACION
El cacerolazo del jueves tuvo un fuerte efecto dentro del peronismo, más sutil que la sonora reacción de la oposición. Ese impacto tuvo que ver tanto con la magnitud de la protesta como con la resistencia de la presidenta Cristina Kirchner a ofrecer gestos de distensión.
Sectores del peronismo que acompañan al Gobierno, pero que no son ultrakirchneristas, no ocultan su preocupación por la relación con el electorado de cara a los comicios del próximo año. Un grupo de gobernadores e intendentes percibe que el vínculo ha quedado lesionado por la resistencia a escuchar el mensaje de las cacerolas y será irreversible si no se hacen rectificaciones.
La segunda consecuencia es que aun en los sectores más afines al Gobierno admiten que, en este contexto, la re-reelección es una utopía. Un kirchnerista con cargo en el Congreso contó a sus íntimos que esa evaluación fue hecha por la propia Presidenta después del 8-N.
«El jueves a la noche nos planteamos la necesidad de hacernos cargo de lo que había ocurrido, tomar nota y dar una respuesta, que podría ser un cambio de gabinete. Ni siquiera se planteaba modificar alguna política, sino dar un gesto. Pero fue algo que duró apenas 12 horas, hasta que el viernes a la mañana habló Cristina», contó un importante legislador del oficialismo. «El 8-N hubo mucha gente, lo cual muestra que el modelo de gestión está agotado», agregó.
El grupo que veía esta alternativa como la más conveniente fue el que se quedó en silencio después de la marcha, como el gobernador Daniel Scioli y varios intendentes bonaerenses, y también el que dejó trascender sus sutiles diferencias de interpretación con la Casa Rosada, como los mandatarios de Salta, Juan Manuel Urtubey; de San Juan, José Luis Gioja, y de Mendoza, Francisco Pérez.
Un referente del peronismo patagónico que suele defender las posiciones del Gobierno entendió que el «éxito del 8-N representa el desgaste de un proyecto que lleva mucho tiempo y que ha tomado medidas que son un cambio de paradigma muy profundo». La misma fuente admitió que «el Gobierno, con muy poco, tendría mucho menos ruido. Debe mejorar la comunicación y debería tener un programa claro de seguridad».
Un operador habitual de los intendentes, que como el resto de las fuentes solicitó mantener en reserva su nombre, explicó la situación de desconcierto de algunos jefes comunales. «Están todos evaluando cómo jugar el próximo año. Necesitan al Gobierno por las obras, pero últimamente hay más promesas que realidades. Si esto sigue así, lo más probable es que jueguen como en 2009: que acompañen al kirchnerismo, pero también apoyen a otros candidatos por afuera».
En las provincias también existe malestar porque la inflación está golpeando los salarios de la administración pública, ya que representa casi el 70% de la mano de obra y no tuvo paritarias como los privados.
En ese contexto comenzaron a trascender con menos pudor los planes del equipo político del gobernador Daniel Scioli para exhibir su actividad vinculada con su candidatura presidencial en 2015.
El propio Scioli le dio luz verde a su jefe de Gabinete, Alberto Pérez, para que coordine una seguidilla de actos, encuentros y jornadas de todas las agrupaciones sciolistas de la provincia. Todo ello cerrará con un gran mitin a fin de año, cuyo orador de cierre, por ahora, es el mismo Pérez. Sería una concentración a toda orquesta convocada por las agrupaciones La DOS (Daniel Osvaldo Scioli), La Juan Domingo, Grupo Descartes, Peronismo 2020, Peronismo Sin Fronteras, y otras fundaciones.
Sobre el fin de semana próximo, todavía no está fijado el día, se abrirá la intensa actividad política. La DOS, que lideran Pérez y el ministro de Desarrollo Social, Martín Ferré, organizará una cena con equipos técnicos para comenzar a calentar los motores. Serán las primeras charlas con papeles y documentos.El 28 o 29 del actual se celebrará un plenario de dirigentes de la DOS en Pilar, que tendrá fuerte condimento político para sumar voluntades dentro del peronismo con miras a la candidatura de Scioli 2015. Será un encuentro para reclutar líderes territoriales.
Los colaboradores de Scioli aseguran que «ya están trabajando y haciendo política» para el proyecto 2015. Y agregan por lo bajo que luego de la multitudinaria marcha contra el gobierno de Cristina Kirchner, el jueves último, la Presidenta deberá sepultar definitivamente el proyecto de una reforma de la Constitución para intentar otra reelección.
Sin embargo, hay otros gobernadores que tienen aspiraciones y que se imaginan disputando una interna contra el gobernador bonaerense. Por ejemplo el mandatario cordobés, José Manuel de la Sota, se encuentra de recorrida por Misiones, Corrientes, La Rioja y Catamarca para promover el turismo, pero también para promover su figura con vistas a 2015. Urtubey y Gioja, otros peronistas con aspiraciones, por ahora no quieren exponerse para no irritar a la Casa Rosada..
Con la colaboración de Gustavo YbarraDel editor: qué significa
Desde hace tiempo hay movimientos silenciosos en el PJ. Se está preparando la transición del poder, la primera desde que Duhalde acordó con Kirchner.