Naciones Unidas, 15 ene (PL) El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, llamó hoy a atender las condiciones que propician la propagación del terrorismo como elemento clave para una lucha efectiva contra ese flagelo.
Entre esos factores mencionó la relación entre el desarrollo y la seguridad y afirmó que nada puede justificar los actos terroristas, «ni razones, ni propósitos, ni causas, ni excusas».
El titular de la ONU habló en un debate abierto del Consejo de Seguridad sobre la necesidad de un planteamiento integral de la lucha contra el terrorismo, organizado por Pakistán en su condición de presidente de ese órgano durante el presente mes.
Tenemos que eliminar las condiciones que alimentan el problema, dijo al opinar que el terrorismo avanza donde los conflictos son endémicos, los derechos y la dignidad humana y la vida no están protegidas y la impunidad prevalece.
También subrayó la importancia del diálogo y la comprensión, frente a la intolerancia y el extremismo y advirtió que los terroristas aumentan el uso de las tecnologías de la información y de las redes sociales para diseminar el odio y radicalizar a las personas.
Otro aspecto señalado por Ban Ki-moon como parte de la lucha contra ese mal fue el vinculado al financiamiento de los grupos terroristas, frente a lo cual reclamó una mayor capacidad de respuesta de los Estados.
En la misma sesión, la canciller de Pakistán, Hina Rabbani Khar, recordó que el terrorismo constituye una amenaza a la paz y la seguridad internacionales y a todos los países, regiones, individuos y sociedades.
Esa lacra no será derrotada solo con medidas legislativas, operaciones de inteligencia y estrategias militares y de seguridad y por eso se necesita un planteamiento más abarcador, apuntó.
Para eso convocó a enfrentar la propaganda de los terroristas, reducir los espacios ideológicos utilizados por esos grupos y a trabajar a favor del desarrollo para cubrir las necesidades humanas básicas y aumentar la resistencia comunitaria.
Al respecto, resaltó la importancia de crear empleos para la juventud, incrementar la participación de ese sector en el progreso socioeconómico y cultivar el ambiente requerido para avanzar las políticas antiterroristas.
También abogó por fomentar la reconciliación, la cultura del imperio de la ley, la protección de los derechos humanos, la renuncia a la violencia, el buen gobierno y la tolerancia.
Instó a atacar las raíces del terrorismo, entre ellas la pobreza, la marginalización, la exclusión y las fuentes de financiamiento como el crimen organizado y las drogas ilegales.
La ministra pakistaní consideró inaceptable que el terrorismo y el extremismo sean asociados a alguna religión, raza, región, sistema de valores o sociedad.
Finalmente, abogó por una mayor cooperación a todos los niveles en la lucha contra el terrorismo, como una necesidad para garantizar la paz y la seguridad.
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