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Siria: La historia de la profesora de inglés que se convirtió en francotiradora

Se llama Guevara, tiene 36 años y en un reportaje brindado a un diario británico cuenta por qué cambió de oficio

Siria: La historia de la profesora de inglés que se convirtió en francotiradora

Siria.- Guevara es una combatiente del Ejército Sirio Libre, en guerra con el gobierno del presidente sirio Al Assad. Esta mujer de 36 años saltó a la fama tras conocerse su historia: deprofesora de inglés y madre de dos hijos a «francotiradora» de las huestes de Bashar Asad.

Pertenece a la katiba Al Waed (unidad militar La Promesa) del barrio de Salaheddine, uno de los que más sufrieron la destrucción de los seis meses que lleva la batalla de Alepo.

El trabajo de Guevara es buscar posiciones de ventaja desde donde pueda hostigar al enemigo y, si es posible, matarlo. O combatir a quienes hacen lo mismo que ella en el bando rival.

En un reportaje del diario británico «The Telegraph», de la exdocente contó por qué decidió abandonar su profesión y sumarse a la insurgencia.

“Veíamos por televisión cómo mataban a sangre fría a la gente de (las ciudades de) Deraa, Homs, Idlib, Deir ez-Zor. No podía decir nada en ese momento porque el ejército controlaba Alepo, pero estaba muy triste. Bashar mataba a nuestros parientes, a nuestros amigos, a nuestros niños. ¿Qué podíamos hacer? ¿Seguir mirando televisión?”, cuenta la mujer.

Sin embargo, una tragedia personal llevó a Guevara a convertirse en lo que es hoy. Antes de la guerra en Siria, ella se desempeñaba como profesora de inglés. Cuando el conflicto estalló, sus hijos -un niño y una niña de siete y diez años- fueron asesinados durante un ataque aéreo que destrozó su hogar.

«Mi hijo tenía miedo a las bombas y me preguntaba qué estaba ocurriendo. Yo le decía: prometo que voy a defender tu futuro. Ahora, no puedo olvidar la sangre de mis niños y prometo que me vengaré», sentencia.

«Me gusta luchar. Cuando veo que uno de mis amigos de mi división es asesinado, siento que tengo que coger un arma y vengarlo», asegura con mirada firme bajo su ‘hiyab’ y su rostro perfectamente maquillado.

«Soy muy paciente. Espero durante horas», dice sobre su actual labor diaria. «Y luego tienes que ser muy rápida. Y cuidadosa. No dejar que te devuelvan el disparo», apunta, añadiendo a sus palabras una pincelada ‘fanática’ cuando cuenta cómo acaba con los soldados sirios. «Me hace sentir bien. Cuando alcanzo a uno, grito: ‘¡sí!'».

Siria de origen palestino, Guevara aprendió a usar un arma y luchar en la guerra en un campo de entrenamiento en el Líbano, bajo las órdenes de Hamas. Su primer marido no era muy «revolucionario» y lo dejó. Su segundo esposo no quiso que tomara las armas y se enfrentó a él. «Le dije: tengo la fuerza suficiente para llevar un arma, ¿por qué no puedo luchar?». Su contestación fue muy convincente y el propio hombre la entrenó en el «arte» de estar aislada, apostada y fulminar el objetivo al grito de «¡sí!».

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