Los avances en la exploración del espacio siempre han sido para las grandes potencias una confirmación de su liderazgo. China, que se está convirtiendo en una superpotencia de espacio, no es una excepción.
Serguéi Lusianin, director adjunto del Instituto de Estudios del Lejano Oriente, subraya que los programas espaciales costosos y su eficaz puesta a punto siempre se han percibido como un atributo obligatorio de toda superpotencia.
En el pasado se observó una bipolaridad espacial entre la URSS y EE.UU., pero ahora existe un modelo diferente: se observa la erosión de la estructura bipolar, lo que allana el camino al ‘pluralismo’ espacial, que ha reforzado «la incertidumbre político-legal y militar», indica el experto en un artículo publicado en La voz de Rusia.
Preguntas cósmicas
En un contexto de pugna por la carrera espacial surgen periódicamente escándalos, acusaciones y sospechas, especialmente en el caso de la puesta en órbita de satélites militares o de pruebas para su destrucción. Lusianin pone como ejemplo la gran controversia que se desató cuando un misil chino destruyó en 2007 un viejo satélite meteorológico también chino en una órbita baja de la Tierra.
Entonces muchos expertos consideraron que se trataba del complejo programa militar-industrial de destrucción de satélites de otros países y de la preparación para una ‘guerra de las galaxias’. Pruebas similares se llevaron a cabo en el pasado en Estados Unidos, mientras que la Unión Soviética también contaba con sus sistemas anti-satélite, destaca Lusianin.
La creciente incertidumbre obligó incluso a la Unión Europea a establecer un «código de conducta en el espacio exterior» en un intento por evitar la militarización del espacio y su obstrucción. Sin embrago, a pesar del carácter internacional del documento, aun en el caso de que sea aprobado no dispondrá de poder real, ya que no estipula los mecanismos de su aplicación ni las sanciones contra los violadores.
Muralla espacial china
«El avance chino en el espacio por supuesto, viene dado, por un lado, por el aumento de las posibilidades de desarrollo tecnológico como resultado de las reformas exitosas (la industria emplea 200.000 personas y el presupuesto anual es de 15.000 millones de dólares) y, por otro, por una fuerte motivación política de los líderes», explica el director adjunto del Instituto de Estudios del Lejano Oriente.
«Esta motivación para lograr la superioridad en el espacio hoy en día es mucho más fuerte que, por ejemplo, la motivación de Rusia o de EE.UU.», agrega, destacando que para China tiene un componente ideológico.
«Para China el liderazgo en el espacio no es sólo la realización de las tareas militares y científicas, sino también una gran parte de la geopolítica, el deseo de demostrar al mundo que el «socialismo con características chinas» es capaz de ganar la carrera en el ámbito más sofisticado de tecnología demostrando su viabilidad», indica Serguéi Lusianin.
Atajo rumbo a las estrellas
«Si en la URSS se toma como el punto de partida el vuelo de Yuri Gagarin (1961), en China es 2003, el vuelo del primer astronauta de China Yang Liwei. La diferencia parece ser grande. Si comparamos la dinámica del proceso, resulta que la trayectoria de 52 años de la Unión Soviética-Rusia (1961-2013) China la alcanzó en 10 años (2003-2013). En la actualidad China, en términos de parámetros de calidad, generalmente se mueve a la par que Rusia», indica Serguéi Lusianin.
Algunos expertos comparten la opinión de que gran parte de los logros de China están relacionados con la copia de los desarrollos espaciales soviéticos. Sin embargo, Lusianin cree que «es poco probable que el éxito cósmico de China sea atribuible únicamente al buen trabajo de la Inteligencia china».
«En la actualidad China se ubica en el tercer lugar en la ‘jerarquía cósmica’ tras EE.UU. y Rusia. Por supuesto, no en todos los parámetros los chinos han alcanzado la paridad con EE.UU. y Rusia. Obviamente, esto va a suceder a medio plazo», concluye el experto.
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