Apenas bajó del avión que lo trajo ayer a Buenos Aires, Rafael Correa hizo una sutil declaración a la prensa de contenido compuesto. “Nosotros confiamos totalmente en Cristina. Si hubiera sido presidenta del Ecuador en la época en que Texaco destruyó la selva ecuatoriana, eso jamás lo hubiera permitido”, afirmó el mandatario que estuvo en el país sólo unas horas. Vino a protagonizar la inauguración de la XXV Conferencia Scouts Interamericana, justo después de lanzar una campaña contra la petrolera Chevron, socia estelar de la nacionalizada YPF.
Al caer la tarde, C ristina lo recibió en las oficinas de la residencia de Olivos.
Lo mismo había hecho con el canciller de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo Machado. El cambio de escenario que se conoció en la Casa de Gobierno recién una hora antes de la reunión sorprendió a los cronistas y fotógrafos acreditados allí, que en ese tiempo no alcanzaban a movilizarse. Además, poco y nada la Presidenta usa Olivos para actividades oficiales, lo que alentó la idea de que prefirió un ámbito más reservado para las dos reuniones sensibles tanto con Correa como con el ministro brasileño. Ninguna información se hizo saber sobre los encuentros.
Con Cristina se sentaron en la sala de reuniones, ella en la cabecera, con dos botellitas de agua mineral al alcance de la mano. La reunión duró poco menos de una hora, pero el Gobierno no dio ninguna información sobre lo que conversaron.
Por su parte, Correa hizo sus declaraciones en Buenos Aires, luego de que una avanzada de su gobierno encabezada por su ministra de Medioambiente, Lorena Tapia, negociara en persona los términos de la visita. Como publicó ayer Clarín de fuentes de ese mismo equipo, el mandatario ecuatoriano, muy molesto con el camino que ha tomado su pelea con la petrolera estadounidense, ahora en La Haya (ver pág. 10), quería expresarse aquí contra Chevron. Una bofetada a los acuerdos de Cristina con los socios estadounidenses de YPF, que desembolsarán U$S 1500 millones para explotar el yacimiento de Vaca Muerta.
Antes de viajar a Buenos Aires, el ecuatoriano lanzó con su presencia en la Amazonia su campaña “La mano sucia de Chevron”. Mandó hacer una campaña para los argentinos en los medios online de este país que advertían sobre los riesgos que representa Chevron, y hasta concedió una entrevista a Clarín que -tras los diálogos de su gobierno con el de Cristina- levantó (ver Una entrevista …). Más aún. A los periodistas acreditados en Gobierno se les informó que le podrían preguntar lo que quisieran. Nada de ello ocurrió.
Pero ayer ya venía con otro tono.
Bajó del avión de la Fuerza Aérea ecuatoriana en Aeroparque. Sin dar nombre de medios, indicó que en el vuelo había leído artículos de prensa “bastante equivocados”. Y dijo confiar en el gobierno argentino en torno a su acuerdo con Chevron, porque -agregó- sabe “cómo piensa y cómo siente”.
A fines de 2012, Correa también habló con Cristina contra la presencia aquí de Chevron. Fue cuando vino al país a recibir un premio en la Universidad de La Plata, que también levantó polémica. Y la Corte Suprema de Justicia revocó un embargo de U$S 19.000 millones a la filial local de la petrolera resuelto por la justicia argentina al reconocer una medida similar que se había tomado en Ecuador.
“Todo nuestro apoyo a la presidenta.
Estoy muy contento de estar nuevamente aquí en esta patria tan querida. Mi presencia aquí, para evitar todas las especulaciones que se han realizado, es para participar en la inauguración de la Conferencia Interamericana de Scoutismo” dijo luego ayer. Anoche, en se concentró en la Conferencia de Scouts, y no refirió palabra alguna. Correa recordó que fue scout desde pequeño.
clarín