Phnom Penh, 18 oct (PL) Después de siete años de aletargados procesos de justicia, los cambodianos ven hoy con más certeza que nunca antes la aplicación de sentencias a los únicos principales responsables supervivientes de las matanzas perpetradas por los khemer rojos.
El Tribunal especial creado por Naciones Unidas en 2006, para juzgar genocidios y crímenes de guerra, en los que murieron cerca de dos millones de personas, de 1975 a 1979, escuchó durante dos días los descargos de la defensa de los dos únicos sentados en el banquillo
Se tratan de Nuon Chea, de 87 años, el llamado «hermano número dos» a cargo de la ideología, y Khieu Samphan, 82, quien fungiera como jefe de Estado hasta el derrocamiento del sanguinario régimen.
Ambos estaban incluidos en el caso inscripto como 002/01, del que formaban parte el más connotado Iang Seri, ex ministro de relaciones exteriores, octogenario también, quien falleció hace unos meses sin recibir condena, y su esposa, Ieng Thirth, que ocupó una cartera ejecutiva, transferida a reclusión domiciliaria por demencia senil.
Con este reciente paso se acorta el tiempo para que al fin concluya la dilatada segunda causa, que aunque tardía significa para los cambodianos de cierta forma un ejercicio sanador de lo que fue su peor pesadilla.
También por primera vez se abrió la vista pública a las víctimas, que comenzaron a comparecer para testimoniar de las evacuaciones masivas a campos de trabajo y muertes por inanición, enfermedades, torturas y ejecuciones al pie de fosas comunes.
Los letrados que los representan reclaman el derecho de los que sufrieron, con pérdidas de familias enteras, a recibir reparaciones, cuatro mil en total en su mayoría personas pobres.
Se prevé que el Tribunal dicte sentencias en firme a principios de 2004, pero con temor de que los ancianos encartados escapen por causas naturales de escuchar el desenlace de sus actos.
Las labores del especial órgano de justicia, concebido como un costoso aparato, se han interrumpido frecuentemente por falta de fondos comprometidos por países ricos que en su momento apoyaron su creación.