El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, transmitirá personalmente a su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, su apoyo a los esfuerzos de su Gobierno por avanzar en el proceso de paz con las FARC cuando ambos se reúnan el próximo mes de diciembre en la Casa Blanca, según ha confirmado este jueves la presidencia estadounidense. El respaldo de Obama supone un reconocimiento a la política de Santos que llega un momento en el que el diálogo con la guerrilla parece estancado, las dudas sobre la posibilidad de poner fin al conflicto a través de un acuerdo se intensifican, la oposición, en plena precampaña, ha redoblado sus críticas contra la deriva de las negociaciones y las protestas campesinas se recrudecen.
En su encuentro, Obama tiene previsto reiterar su «continuo apoyo a los esfuerzos de su Gobierno para lograr la paz y construir una sociedad más democrática», ha anunciado el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney. La visita, prevista para el 3 de diciembre, quiere poner de manifiesto, ha señalado Carney, “la prolongada asociación» entre EEUU y Colombia. El país sudamericano es el principal destinatario de la inversión militar estadounidense en América Latina (Sólo en el Plan Colombia, entre 2000 y 2012 EE UU destinó 8.000 millones de dólares, de acuerdo con el informe del Servicio de Investigación del Congreso).
El hecho de que el grueso de las negociaciones con las FARC se estén desarrollando en La Habana ha limitado la implicación de EE UU en el proceso de paz, pero, desde que hace poco más de un año se iniciara el diálogo con la guerrilla, Washington ha mostrado su apoyo al mismo y a la labor de Santos. El pasado mes de mayo, durante una al país, el vicepresidente estadounidense Joe Biden alabó el empeño del presidente colombiano. “Desde que se ha empeñado en rescatar a Colombia de su guerra civil, esta nación ha crecido más deprisa de lo que muchos pensábamos que podía ser posible”, señaló Biden.
En las últimas semanas, Santos ha lamentado el estancamiento en las negociaciones. “Llevamos ya un año, pero el proceso no ha ido a la velocidad que a mí me hubiera gustado”, reconoció el presidente durante la Cumbre Iberoamericana en Panamá hace quince días. De los seis puntos convenidos en la agenda de diálogo solo se ha llegado al acuerdo en uno de ellos, el agrario. El Gobierno colombiano culpa del lento avance a las FARC a las que acusa de incluir asuntos que no estaban previstos.
Obama también espera hablar con Santos sobre la cooperación para “promover la seguridad ciudadana y el respeto hacia los derechos humanos”, así como del tratado de libre comercio bilateral (TLC) que en mayo de este año cumplió un año. Este tratado se considera por varios sectores de Colombia que protagonizan las protestas ciudadanas como un foco de desempleo y una amenaza por favorecer la entrada en el país de productos estadounidenses más baratos. Esta misma semana, en la Cámara de Representantes estadounidense se presentó un informe muy crítico sobre la persistencia de los abusos contra los derechos laborales de los trabajadores colombianos, una de las principales preocupaciones que motivó el retraso de la firma del TLC por parte del Congreso de EE UU.
La foto de Santos con Obama en la Casa Blanca no sólo ayudará al presidente colombiano a legitimar su postura en el proceso de paz, sino que será la mejor propaganda para su candidatura a la reelección en 2014, una candidatura que todavía no ha hecho pública.
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