Conocida como la revolución gris; lo que se vive hoy en Ucrania, es el va de nuevo a lo que en el 2008 conocimos como movimiento NARANJA, que tiene como objetivo completar el cerco a Rusia provocando la desintegración de la FEDERACIÓN RUSA, tal como reza la consigna «Ayer Kiev, mañana Moscú» en la protesta del MAIDÁN (plaza en árabe).
Aprovechando los justos reclamos sociales, grupos derechistas ultra, con el respaldo de EEUU y la UE, intentan llevar adelante su propia agenda, entendiendo que para liberar los grandes recursos naturales del país más grande del mundo hay que dividirlo en tres estados: una república ruso – europea, otro siberiano y una tercera del lejano Oriente, reduciendo la zona de influencia del espacio ex soviético, rodeándolo de bases militares, intimidando y humillando a RUSIA, así EEUU continúa desplegando bases antimisilísticas en Europa desde Rumania a Polonia, pasando por Turquía, Israel y ahora España, con el pretexto de disuadir a Irán, pero siempre apuntando a Moscú, lo que podría forzar a Rusia a abandonar el tratado de reducción de armas estratégicas (START).
En medio del golpe de estado en curso en Ucrania, Obama (premio Nobel de la paz) recibió en la casa blanca al premier de Georgia con vistas al ingreso de éste país a la OTAN, paradójicamente los soldados que morían por la URSS en Afganistán, ahora lo hacen por EEUU, y es que desde la caída de la Urss (la alianza militar más peligrosa y cuantiosa del mundo) absorbió a casi todos los miembros del bloque socialista: Polonia, República Checa, Hungría, Estonia, Lituania, Bulgaría, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia y Albania, previa destrucción de la federación YUGOESLAVA (miembro fundador de los países no alineados).
Lo cierto es que a todo ésto Washington le da exactamente lo mismo si UCRANIA se incorpora o no a la UE y menos aún si sus ciudadanos van a vivir en una democracia delegativa o participativa, lo que realmente se le apetece es terminar con un aliado estratégico de Rusia para instalar allí sus misiles.
Estados Unidos, necesita nuevos escenarios o TEATROS DE OPERACIONES para su guerra perpetua y alimentar la concupiscencia de las oligarcquías sionistas que manejan la Unión Americana, sería pues una gran oportunidad de poner en jaque a Putin y el adusto Lavrov, en éste anhelo casi perpetuo y perentorio de patearle el UQUELELE a los rusos.
Rusia también mantendrá a toda costa el control sobre Crimea y su única salida al mar Negro (sin anexionarla a su territorio), será pues Sebastopol o el principio del fin, y es que en realidad ni a EEUU ni a la UE les interesa la división del país, por lo que Crimea bajo control ruso no será una barrera para hacerse con la riqueza de Ucrania y la instalación de sus escudos misilísticos.