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ARGENTINA El vicepresidente, en el banquillo ‘Show’ mediático a las puertas del tribunal

El vicepresidente, Amado Boudou, a su llegada al tribunal en Buenos Aires. Reuters
El vicepresidente, Amado Boudou, a su llegada al tribunal en Buenos Aires. Reuters

   Amado Boudou ha intentado este lunes atenuar el escándalo de haberse convertido en el primer vicepresidente de Argentina imputado por supuesta corrupción, protagonizando un show mediático rodeado de sus seguidores a las puertas del tribunal.

En vez de elegir un perfil bajo las horas previas al interrogatorio ante el juez, el número dos de Cristina Fernández Kirchner se mostró eufórico y apostó por conceder entrevistas a los medios afines. «Yo voy a ir al juzgado y voy a contar toda la verdad. Lo que está en juego en estos años, desde la llegada de Nestor Kirchner y Cristina Fernández, es si el poder está en el pueblo o en muy pocas manos que toman las decisiones», adelantó Boudou a la salida de su residencia.

 

 

Más tarde, a su llegada al tribunal, el vicepresidente insistió en atacar al magistrado Ariel Lijo -«Vengo a defenderme, no a acusar. Más allá de las causas políticasla verdad está en el expediente, pero el juez no la quiso ver»- y a las acusaciones calificándolas de «falacia» y «patraña».

Sus seguidores, mientras tanto, le gritaban mensajes de apoyo. «¡Vamos Boudou!», vociferaban frente al edificio judicial dos centenares de militantes de las agrupaciones oficialistas: la Cámpora,fundada por Máximo Kirchner, hijo de la presidenta Cristina Fernández; y el Peronismo Militante. El vicepresidente respondía con saludos y alzaba sus brazos como si se tratase de un candidato en campaña.

No todo fueron muestras de apoyo

Sin embargo, no todo eran muestras de apoyo. «¡Ladrón, ladrón!», le espetaron dos jóvenes a la entrada del tribunal, mientras el vicepresidente apuraba el paso para entrar en volandas en el ascensor rodeado por guardias de la Presidencia.

La audiencia en el juzgado empezó con un primer encontronazo entre el delfín de Cristina Kirchner y el juez, cuando éste denegó al acusado la posibilidad de grabar su interrogatorio. Los operadores de vídeo y audio que acompañaban al número dos de la Presidencia se vieron obligados entonces a retirarse. La semana pasada, el vicepresidente ya pidió que su declaración fuera televisada, solicitud que fue denegada por el juez.

Boudou quería que el interrogatorio, previsto para el 15 de julio y adelantado a este lunes fuera «retransmitido en vivo» y «sobre todo por el canal TN», la cadena de cable del grupo Clarín, el más poderoso del país y que está enfrentado con el Gobierno. Sin embargo, el magistrado le negó esta posibilidad.

Antes de ser nombrado vicepresidente, Boudou, de 51 años, fue ministro de Economía en el primer mandato de Cristina Fernández (2007-2011). Su nombre figuraba, antes del escándalo, en la lista de presidenciables para 2015 como heredero de la presidenta.

Un 42,5% piensa que debe dimitir

Pero el llamado caso Ciccone hizo saltar por los aires esta pretensión. El vicepresidente está acusado de haber comprado, junto a José María Núñez Carmona, empresario y amigo, la imprenta de papel moneda Ciccone Calcográfica en septiembre de 2010,cuando estaba al frente del Ministerio de Economía argentino.

Ciccone Calcográfica se encontraba en quiebra y detentaba el monopolio de la impresión de billetes, matrículas y bonos del Estado. Según la acusación, el número dos de Cristina Kirchner, habría ordenado como ministro de Economía que la oficina tributaria le concediera un plan de facilidades de pago de deuda impositiva a la imprenta. Y habría pedido a la Casa de Moneda que le contratara la impresión de 410.000.000 de billetes.

Boudou declaró este lunes ante el juez Lijo en una causa que le investiga por presuntas negociaciones incompatibles con la función pública tras la compra de la citada imprenta.

Este delito está castigado con penas de uno a seis años de prisión, más la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Según las especulaciones de la prensa argentina, el vicepresidente podría ser procesado, aunque eso no ocurriría antes del próximo mes de julio. De momento, lo que sí parece claro es que Boudou ha perdido el favor de los argentinos. Un 42,5% piensa que debe dimitir y más de la mitad que debería tomarse un tiempo o renunciar definitivamente.

Fuente elmundo.com

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