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Barrionuevo: «Con Moyano estamos de novios y en algún momento quizás nos casemos»

 moyano-barrionuevo-plata-marcelo-genlote_claima20140203_0005_4   A pesar de las dudas sobre los alcances y la legitimidad del paro del jueves, Luis Barrionuevo se siente fuerte. El tándem conformado con Hugo Moyano le dio más resultados que los conseguidos durante los tiempos en que se paraba en la vereda de enfrente, cuando el actual presidente de Independiente era kirchnerista. Ya con la tercera huelga general del sindicalismo opositor consumada, la pareja se afianza y el líder gastronómico se permite bromear sobre un flamante amorío: «Con Moyano estamos de novios. En algún momento nos damos piquitos y quizás nos casemos», dice.

Con 72 años y una larga carrera gremial y política a cuestas, Barrionuevo reconoce que ya no es un pibe, pero que el tiempo que lleva como dirigente y el poder acumulado le permiten sacar ventaja y mantenerse a la cabeza de una de las centrales sindicales más importantes del país. Lo mismo para su coequiper. «Ya estamos grandes. Tenemos mucha experiencia y en este momento tenemos que buscar la unidad del movimiento obrero», sostuvo el secretario general de laCGT Azul y Blanca.
Lejos de los tiempos en que quemaba urnas, el ex presidente del Club Atlético Chacarita Juniors parece disfrutar profundamente de este presente, que -con el soporte de los piquetes de la izquierda trotskista- lo tienen tanto a él como a Moyano como claros protagonistas a la hora de representar los sentidos reclamos de buena parte de los trabajadores. Si bien Barrionuevo no olvida la cercanía de Moyano con la Casa Rosada en un pasado demasiado reciente, dice que aquella fue una etapa necesaria y que, además, dio sus frutos. «Hay que entender que el movimiento obrero siempre tiene que conversar con el Gobierno. Como yo no quería hablar de ellos porque no eran de mi agrado y había una cuestión de piel, dejé que lo hagan otros. Y uno de ellos fue Moyano. Aunque a mí nunca me gustó el acercamiento que tuvo con Kirchner, Moyano consiguió cosas para el movimiento obrero», rescata Barrionuevo en una entrevista con la revistaNoticias.
Su negativa a dialogar con el Gobierno permanece intacta. Si bien los paros convocados por él mismo tuvieron por objetivo que el Ejecutivo atienda sus reclamos, dice que no tiene interés en hablar con la Presidenta. «Tampoco creo que me llame», calcula. Y agrega: «Ni siquiera es necesario que Cristina hable con Moyano o conmigo. Si considera que tiene que responder a alguno de los reclamos que tenemos, que haga una cadena nacional. Y si anuncia cambios en Ganancias, a regañadientes, quizás la aplaudamos», sostuvo.
El constante apoyo de Barrionuevo a Sergio Massa continúa firme, aunque parece haber quedado algo lastimado luego de que el jefe del Frente Renovador le pidiera que no lo nombre para no perjudicar su imagen. «No me preocupa que me quiera esconder. Lo que pasa es que nosotros -los sindicalistas- tenemos mala imagen, estamos en el fondo de las encuestas y los políticos nos usan, nos piden recursos para llegar y cuando llegan te hacen pito catalán», se queja. «Sergio es un chico que vive con los sociólogos, encuestadores, asesores de imagen. Vive en esa burbuja en la que le dicen qué tiene que decir y qué necesita para ganar una elección», explica. Y al mismo tiempo, destaca que tiene «condiciones» para conducir el país: «Massa es joven, es superior a muchos».
Su oposición al kirchnerismo no es nueva, pero parece recrudecer a medida que pasan los años de gestión K. Sin dudarlo, Barrionuevo cree que no será necesario esperar a 2015 para que haya un cambio de mando, porque está convencido de que el Gobierno tiene «el boleto picado» y que «ya se van». El gastronómico sabe que sus dichos caen mal dentro de una sociedad que peleó tanto por recuperar y conservar la democracia, pero dice que no es el único que piensa así. «Lo que pasa es que estamos llenos de hipocresía. Hay muchos que quieren que se vaya, y no hablo de gente común, sino de las personas que tienen intereses, sectores del poder, empresarios y políticos. Algunos son candidatos», asegura el hombre que alguna vez, en 1990 y como hombre del gremialismo menemista, dijo que había que «dejar de robar por dos años».
«Los políticos especulan con que ella -Cristina Kirchner- se coma todo el desgaste de los horrores que está cometiendo. Pero lo que no se dan cuenta es que cuanto más abajo vayamos, más difícil va a ser salir del pozo», concluyó.

 

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