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Entre Ríos, “el paraíso” ¿narco?

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Hay un dicho popular que señala que “ a veces aclarar, oscurece” , y las actitudes asumidas por el gobierno de Entre Ríos luego de saberse que un chofer de la gobernación, afectado nada más y nada menos que al traslado del propio gobernador, fuera detenido transportando 20 kilogramos de cocaína de máxima pureza, se asemejan mucho a ese popular

proverbio.
Por medio de distintos medios de la provincia, que no son otra cosa que voceros oficiales del gobierno, y de otros no tan importantes pero que igualmente son “agraciados” convenientemente por el poder, se montó un rápido operativo para desviar la atención de los ciudadanos sobre el suceso.
En un primer momento la trascendencia que la noticia tuvo a nivel nacional sorprendió al gobierno y se sucedieron declaraciones torpes, imprecisas, del ministro de gobierno de la provincia, que fueron el hazmerreír de todos por las enormes contradicciones de sus declaraciones. Uno no puede menos que imaginarse al
gobernador Sergio Urribarri emulando al ex Rey de España, Juan Carlos, cuando le gritó al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, diciéndole: “¡¡Cállate, cállate!!” .
Trascartón el gobernador envió a la Legislatura provincial un proyecto de ley que fue aprobado sobre tablas por diputados, dejando de lado otra propuesta que venía trabajándose con
distintas entidades relacionadas con la problemática. Bastó una foto de ocasión, para poner el cuadro adecuado, entre funcionarios del gobierno, algunos integrantes siempre dispuestos del Poder Judicial, autoridades de la policía provincial y legisladores, todos con cara de “preocupados”, para que la nueva ley llamada pomposamente “Ley contra el Narco-menudeo” viera la luz.
La mencionada ley, que ahora deberá ser aprobada por el senado provincial (algo que se descuenta), tiene por objetivo dar herramientas concretas a las autoridades provinciales para
comenzar a dar pelea contra las drogas en los barrios más humildes, lugar donde según los “sesudos” legisladores entrerrianos se originaría toda la problemática de la drogadicción.
Una animalada, que de tan bestial no merecería ningún comentario, pero que sin embargo pone sobre el tapete que la intención es sacar de foco el verdadero problema: Las relaciones del poder con la droga y el narcotráfico.
Para seguir con el montaje se convocó de urgencia al secretario del SEDRONAR, el cura K, Juan Carlos Molina, quien no tuvo inconvenientes en prestarse al show y vino a Entre Ríos para anunciar la creación “en breve” de ocho centros de atención a la drogadicción. Una lamentable burla no solo para toda la ciudadanía, sino fundamentalmente para todas aquellas familias entrerrianas que sufren en su seno las consecuencias del flagelo de las drogas.
Pero como todo eso parecía no bastar para tapar la dura realidad, Urribarri intensificó su campaña presidencial y en menos de una semana se encargó de producir distintos hechos con el firme propósito de seguir desviando la atención. Sumó a esa intención de
tapar lo sucedido a la propia presidenta CFK, quien anunció que la próxima reunión del Mercosur se hará en Paraná, a los ministros de defensa, Agustín Rossi y de seguridad María Cecilia Rodríguez, que estuvieron en la capital provincial para presentar a Urribarri como el adalid de la lucha contra la inseguridad. Otra payasada de alto vuelo.
Los entrerrianos se preguntan ¿si cómo dice el gobierno, y el propio gobernador, lo hecho por este chofer nada tiene que ver con ellos, por qué tanto nerviosismo, por qué tanto show, por que tantos funcionarios preocupados, por qué tantas declaraciones? No hay repuestas.
O quizás la verdadera respuesta esté en esas declaraciones del diputado por Concordia Enrique Cresto, cuando señaló, que en materia de narcotráfico “Entre Ríos es un paraíso” , agregando
“comparado con Rosario” , y sembró muchas más dudas ya que nunca aclaró en qué sentido lo decía.
O quizás la verdadera repuesta esté relacionada con una ciudad del norte entrerriano, casi en el límite con Corrientes, sobre el Río Paraná, en la cual un intendente muy K y algunos vecinos de esa localidad, estarían recibiendo los beneficios de lo que
probablemente sea el inicio del primer cartel argentino.

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