La otra persona internada por la explosión es Pablo Amaya, de 15 años, quien continúa evolucionando favorablemente en el Hospital de Urgencias donde debió ser intervenido quirúrgicamente y alojado en terapia intensiva.
El deceso de la mujer agrava la situación del propietario de la empresa, Sergio Raponi, quien se encuentra detenido imputado del presunto delito de «estrago culposo agravado» y que esta semana se negó a declarar ante la fiscal Eve Flores.
En tanto, el ingeniero Javier Lagares, que realizaba el asesoramiento técnico en la planta química, fue liberado el jueves tras pagar una fianza de 200.000 pesos.
La detonación ocurrió el 6 de noviembre cerca de las 21, en la fábrica ubicada en Avellaneda al 3000 de Alta Córdoba, a unas 30 cuadras del centro de la capital y causó más de 60 heridosademás de daños materiales en numerosos inmuebles de la zona, algunos de ellos con destrucción casi total.