«Manzanas blancas» fue la operación de narcotráfico más grande de la historia de Argentina y España. En total, se secuestraron casi 3.400 kilos de cocaína, valuados en 1.400 millones de euros. Pero para el principal condenado, Valentín Temes Coto, la sentencia en su contra no fue más que «un guion escrito de antemano» por jueces, fiscales y policías de ambos países, la DEA y el MI6. Hollywood, al parecer, le quedaría chico.
El caso
El 16 de junio de 2010, personal de la Aduana encontró en el puerto de Buenos Aires 1.647 kilos de cocaína escondidos en un contenedor de la firma Frutol SRL que tenía como destino España y que transportaba manzanas. La empresa ya había despachado en barco otro cargamento con otros 1.700 kilos de la droga, que finalmente fue secuestrado en una escala en Santos, Brasil.
El dueño de Frutol SRL, el ciudadano español Valentín Temes Coto, se entregó a la Justicia luego de estar 10 meses prófugo. Aunque se declaró inocente, en un fallo de 533 páginas el Tribunal Oral en lo Penal Económico Nº 3 (TOPE 3) lo condenó a 20 años de prisión. También fueron hallados culpables su mano derecha, Claudio Maidana, que recibió una pena de 16 años de cárcel, y el capataz del depósito que la empresa tenía en la localidad rionegrina de Allen, Nelson Hinricksen, que fue privado de su libertad por 13 años.
En su alegato, el fiscal Eduardo Funes aclaró que la droga no era de los condenados, sino que estos usaron Frutol SRL para «el acondicionamiento y transporte» de la cocaína. «Fueron dos operaciones que requirieron del establecimiento de una fachada legal que involucraba, de buena fe, a decenas de empleados, proveedores y clientes», evaluó. Y consideró que fue debidamente probado el vínculo con los detenidos en España y un cartel colombiano.
El fallo fue apelado y el recurso cayó en la Sala II de la Cámara de Casación,caracterizada por ser indulgente con narcotraficantes. No obstante, ya cuenta con un dictamen del fiscal Javier De Luca a favor de la confirmación de la sentencia. Mientras espera la decisión del tribunal, Temes Coto presentó ayer un quinto pedido de excarcelación que fue rechazado.
El caso cuenta con otros diez detenidos en España, la mayoría de ellos colombianos y mexicanos, entre ellos, Nicolás Rivera, un narco que llevaba una vida de lujo y era vecino del futbolista Cristiano Ronaldo. Esa investigación comenzó antes que la de Argentina, cuando la inteligencia británica informó que una banda esperaba un importante cargamento de cocaína desde América del Sur. El fiscal ante la Audiencia Nacional ya pidió penas que suman 120 años de prisión.
La discrepancia
La discusión gira en torno al lugar en el que se cargó la droga. Tanto para el fiscal como para los jueces del TOPE 3, todo se preparó en el galpón de Allen. Pero la abogada que hace unos meses asumió la defensa de Temes Coto, Valeria Carreras, piensa que la maniobra fue «un gran operativo de la DEA». Su antecesor y actual asesor, el ex juez Mariano Bergés, lo definió como «una entrega controlada». Afirman que el empresario es un «perejil».
Su argumento más fuerte está en un CD, que según dicen, los jueces mantuvieron escondido. Contiene las coordenadas del GPS de los camiones que transportaron la cocaína. El container que finalmente fue descubierto en Buenos Aires habría estado varias horas en la ciudad bonaerense de Bahía Blanca, donde Temes Coto asegura que se cargó la droga. El punto más flojo de esa explicación es que el otro vehículo no se habría preparado allí, sino en el depósito que la empresa Capitán Cortés tiene en el propio puerto porteño.
Hace un mes, un canal de noticias armó un programa de media hora para contar la versión de Temes Coto. El complot, según los abogados Carreras y Bergés, incluye al juez y el fiscal de instrucción, a los cuatro magistrados del TOPE 3, su secretario y el fiscal del juicio oral, más el fiscal de Casación y el que actúa en Madrid, la policía de Argentina y de España, la inteligencia británica y, por supuesto, el cerebro de esta monumental operación: la DEA. Ni Michael Moore lo habría imaginado.
Temes Coto ya presentó escritos en el Consejo de la Magistratura y ante la Justicia Penal, acusando de los delitos de prevaricación y cohecho a los jueces Jorge Ángel Brugo, Luis Alberto Imas, Luis Gustavo Losada, Karina Rosario Perilli y Claudio Horacio Gutiérrez de La Cárcova, y a los fiscales Marcelo Guerberoff y Eduardo Funes. También demandó por daños y perjuicios a la Asociación de Magistrados y Funcionarios Judiciales por emitir una solicitada a favor de los denunciados.