Sobre la acusación por lo que sucede en la empresa que administra el hotel Alto Calafate, en el que tiene participación Cristina Fernández, Margarita Stolbizer, impulsora fundamental de aquella investigación, señaló que «fue como haber pisado un hormiguero, porque han salido con desesperación y mucha torpeza a realizar denuncias contra el juez, una testigo, otra en contra mía… todas ridículas y disparatadas, que reflejan desesperación porque es la primera vez que se toca la puerta de la propia Presidente».
Al respecto, la legisladora opositora apuntó que lo que presentó en la Justicia es «el cotejo de información oficial y pública: la declaración jurada de la Presidente, que es una pieza a examinar, porque tiene una cantidad de bienes enorme, a mi juicio, imposible de justificar para una persona que sólo ha vivido (con ingresos) de empleo público y de funcionario».
Para Stolbizer, hay pocos ejemplos más contundentes de un caso de corrupción como el que se investiga; incluso destacó que la compañía de la mandataria «tiene un domicilio que no existe, falsificado, donde no se conoce a esa sociedad».
La crítica se profundizó con una referencia a la «doble moral» que –según Stolbizer– refleja el gobierno nacional permanentemente: «Nos hablan de agregar valor a lo que producimos y ellos tienen un patrimonio abultado notable, pero ellos no han generado puestos de trabajo porque sus incrementos de fortuna tienen que ver con plazos fijos, intereses, alquileres, toda plata puesta especulativamente».
«Eso pinta un modelo, una concepción del poder y de los negocios. Habla claramente de una doble moral, porque les exigen una cosa a los empresarios, pero con su plata hacen una cosa distinta», remarcó.
Finalmente Stolbizer advirtió que el kirchnerismo «se está quedando con negocios no solamente multimillonarios sino de un enorme poder, a los fines de lo que va a ocurrir en los años que vienen: petróleo, energía, minería y telecomunicaciones. Todo eso es muy peligroso porque significa mucho poder».