A unos meses del fin del plazo fijado en la agenda de Naciones Unidas para el cumplimiento de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), México presenta resultados desiguales. Los datos que ofrece el comité técnico encargado de vigilar los progresos de los ODM en el país revelan que en el 94% de los indicadores se ha tenido avances (acceso a la educación primaria universal, erradicación de la pobreza y el hambre…), aunque no en todos se logran las metas propuestas. Entre los índices más rezagados se encuentran la lucha contra algunas enfermedades, como el SIDA, la tasa de crecimiento del PIB por persona ocupada, la sostenibilidad medioambiental o la razón de mortalidad materna.
Este último indicador es uno de los que más preocupa al Gobierno de Enrique Peña Nieto. Los objetivos marcan que la tasa de defunciones no debe superar las 22.2 muertes por cada 100.000 nacidos vivos, pero México alcanza los 38.2. En 2005, sin embargo, la razón era de 54. “No es un problema exclusivo del país, si se compara a nivel internacional, la reducción media de mortalidad materna ha sido del 45%, en México de un 56% y en la región América Latina y Caribe, donde menos han bajado las defunciones, de un 40%. Estimamos que de aquí a dos años con las disminuciones que se puedan lograr llegaremos al 80% de avance, lo cual no es tan malo”, asegura Gabriel Regino, presidente del comité que evalúa los ODM y jefe de la unidad de proyectos estratégicos de la Presidencia de la República.
En 2009 hubo un incremento sustantivo de las muertes maternas (53.3) debido a la epidemia de H1N1. Las estadísticas muestran que después de ese pico la razón bajó a 44.1 y más tarde se estancó el descenso anual en un 2%. “A partir de 2013, con el cambio en el Gobierno Federal se hace una revisión de los factores que obstaculizan un avance más rápido, se vuelve a analizar qué ha fallado de las estrategias y se ordena un nuevo plan de acción para combatir la muerte materna. La disminución fue de 9,7%. Calculamos que desde 2007 las acciones de política pública vigentes entonces empezaron a encontrar su límite de efectividad”.
Pero los números en mortalidad materna no son los únicos que no consiguen el aprobado de la ONU. Pese a registrar también un avance, la tasa de crecimiento del PIB por persona ocupada no presenta un progreso suficiente, menos del 2% en 2013. En 2006, el año con mejores datos, fue del 7.9%. Otros ámbitos, como la mortalidad por VIH/SIDA, un objetivo que fue propuesto por México y que no está incluido en la lista oficial de la ONU, están estancados o en deterioro. En el apartado de los indicadores que involucionan se incluyen la proporción de la superficie cubierta por bosques y selvas, las emisiones de dióxido de carbono total, la proporción de recursos hídricos utilizada y, también a propuesta de México, la proporción de ocupantes en viviendas particulares que usa carbón o leña para cocinar.
¿Quiere esto decir que México se ha olvidado del medio ambiente? Gabriel Regino defiende que las emisiones de dióxido de carbono en países en vías de desarrollo han estado “tradicional e históricamente vinculadas a la actividad económica. Estamos en una época de transición [implementada con la reforma energética] en la que se busca la sustitución de combustibles más contaminantes por otros que lo sean menos. Durante este período [desde la creación de los ODM] las emisiones en México han empezado a desacelerarse si no a revertirse, pero no estoy seguro de que haya un país en desarrollo que haya logrado revertir en este tiempo las emisiones de dióxido de carbono”.
Según reflejan las estadísticas, México ha alcanzado la mayoría de las metas en los indicadores relacionados con acceso a la educación y erradicación de la pobreza y el hambre. Sin embargo, los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, también integrado en el comité que da seguimiento a los ODM, ofrecen aún un panorama crítico. En México existen aún hoy más de 50 millones de pobres, lo que supone alrededor del 45% de la población. También la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2012, la más reciente, indica que 1,5 millones de niños, el 13,6% del total del país, tienen desnutrición.
“Los objetivos deberían ser más ambiciosos”, admite Regino. “En las negociaciones de la agenda post 2015 México ha impulsado la perspectiva multidimensional de la pobreza”. Actualmente la meta está enfocada en la medición de la pobreza por ingresos, el 1,25 dólares diarios. “Es una visión muy limitada. En esta problemática influyen varios factores: alimentación, acceso a la salud, educación, vivienda digna, seguridad social… en la medida en que los Estados trabajen en estas condiciones las personas saldrán de la pobreza”.
Uno de los grandes problemas que arrastra México a la hora de presentar resultados globales es la diferente situación de las 32 entidades del país, con un norte muy desarrollado y un sur empobrecido. “Los ODM se ven como una media nacional, pero los promedios nacionales esconden las desigualdades regionales”. Para el presidente del comité el reto está en involucrar de mejor manera a las autoridades de los tres niveles de Gobierno: federal, estatal y municipal.
También en cierta medida la agenda de los ODM ha quedado desfasada y grandes problemas que aquejan hoy al país no están incluidos. Tal es el caso de la reducción de la tasa de embarazo adolescente, la más alta de los países de la OCDE, por ser este “un problema que apenas se identificó hace tres años”. La lista de las Naciones Unidas tampoco menciona la necesidad de rebajar los índices de obesidad y diabetes (la segunda causa de muerte en el país por encima del cáncer). El presidente del comité vaticina que los tres apartados estarán incluidos en la agenda post 2015 que se encuentra ya en fase de negociación.
fuente EL PAÍS