
Parece que el circo vip que tiene el giojismo tiene para rato, ayer en las elecciones » cantadas » se vivió un clima de obvio jolgorio donde los periodistas del canal provincial más antiguo de la provincia de la mano de su periodista Maria Silvia Martín festejaban cada entrada de Gioja, tal es así la alegría obsecuente que hasta Marisa Gil exclamó » ahí viene el GOBER «…el gober…hace falta más palabras para definir que la pauta compró hasta el comportamiento debido de un periodista?.
Nos obligaron a aceptar que la palabra y el pensamiento tienen precio y que no hay vergüenza de demostrarlo porque todos ya sabemos que es común que el trabajador de palabra tiene un amo José Luis Gioja.
Atrás quedó lamentablemente el conflicto de Jáchal ya que el FPV ganó sin problemas y el actual intendente recibió su torta de igual forma, no queremos pensar que el juez Oritja termine siendo nombrado en un cargo importante luego de un tiempo, pero que pasaría en la opinión pública si esto se hace realidad? NADA, ya que San Juan demostró que Gioja y compañía hacen y deshacen en nuestra provincia sin recibir castigo.
Hubo represión y solo se organizó una vuelta a la calesita llamada apoyo, esta era la oportunidad de pedir la renuncia del gobernador de San Juan pero no se hizo lo correcto y este crápula contaminador sigue en su sillón burlándose de todos nosotros porque una vez más la sorpresa solo funciona para él y su séquito.
El títere y su fiel compañero: Uñac llamó al consenso provincial algo que no es posible avizorar si el fantasma de el corazón volador de José Luis hace entramados detrás del traje de Sergio el bizco político. Lima dejó la ciudad destruida y la paciencia de todos por el piso pero ahí lo tiene sanjuanino un vice gobernador hecho y panzudo que hará de sillón soporte cuando el títere se canse.
Estas elecciones demuestran una vez más que Gioja es el rey indiscutido de San Juan y que tiene habilitación directa para matar, señalar y condenar al que sea, que puede mandar a reprimir que al otro día todos diremos acá no pasó nada.
Sabemos una vez más que la sorpresa no fue tal, que somos los que estamos y los que siempre seremos, de aquella vereda los gordos giojistas y de esta vereda los hambrientos de verdad.