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BCRA-dolaresEl equipo económico esbozó ayer una salida para mitigar el impacto de los contratos de dólar a futuro que vendió el Banco Central (BCRA) durante la gestión de Alejandro Vanoli, a precios artificialmente bajos. Se trata de un tema que desvela desde hace semanas a la nueva administración, ya que no sólo puede poner en juego cualquier plan para morigerar la inflación, sino que además condiciona la apertura del cepo cambiario.

El Rofex, el mercado de futuros de Rosario, donde se negociaron cerca de la mitad de los US$ 15.000 millones que operó el BCRA, tendría previsto declarar en los próximos días la emergencia, tal cual lo prevé el artículo 4° de su estatuto, y repactar los precios a los cuales fueron pautados varios de los contratos. «Mañana [por hoy] se terminarán de ver los detalles», dijo una fuente al tanto de las negociaciones, con la condición de no ser identificada. «El mercado es un árbitro y tiene poder de corregir situaciones anómalas, como sería esta. Pero lo que no se va a hacer es tomar de referencia los precios de los NDF [como se conocen los contratos de peso/dólar que se negocian en Wall Street], sino algo más razonable «, deslizó.
El Rofex tomaría una fecha de corte en octubre pasado y, a partir de entonces, revisaría los precios de los contratos. Consultados al respecto, en el Banco Central optaron por no hacer declaraciones, mientras que en Economía sólo consignaron que el ministro Alfonso Prat-Gay, junto con el viceministro, Pedro Lacoste, y el secretario de Finanzas, Luis Caputo, estuvieron «todo el día coordinando cuestiones referidas a la herencia recibida», entre la que se incluye el problema de los futuros de dólar.

Los futuros de dólar son contratos en pesos, pero que se actualizan en función del tipo de cambio. Ante la falta de dólares para volcar en el mercado, en los últimos meses, Vanoli multiplicó exponencialmente la participación del Central en futuros. Así, por ejemplo, se comprometía a pagar un tipo de cambio de $ 10 para enero de 2016, cuando en el exterior esos mismos contratos superaban los 15 pesos.
El problema es que ahora, si la nueva administración devalúa el peso, como se prevé que va a hacer posiblemente esta semana, el Central deberá emitir pesos para pagar la diferencia entre los $ 10 en que fijó el cambio, por ejemplo a enero, y el valor real al que se ubique el dólar oficial. Economistas estiman que por el total de los contratos podría llegar a tener que emitir cerca de $ 70.000 millones, poco menos de la mitad de lo que emitió Vanoli en todo 2015, un año en que de por sí, la inyección de pesos ya estaba en un nivel récord.

Ayer al cierre de esta edición, Economía y el BCRA no habían terminado de decidir qué hacer con los otros contratos de dólar futuro que se operaron a través del Mercado Abierto Electrónico (MAE), el mercado en el que participan principalmente los bancos.
Según fuentes del mercado, los bancos tienen comprados para su propia cartera cerca del 10% de lo operado, mientras que el resto se lo vendieron a clientes: empresas que buscaban una cobertura frente a una devaluación (automotrices, farmacéuticas, entre otras), pero también a inversores que buscaron especular comprándose los futuros a precio de remate.

A diferencia del Rofex, que actúa como contraparte central y es parte de los contratos, el MAE funciona más como intermediario y los contratos los suscriben operadores privados.

En principio, la idea del Gobierno sería pagarles en pesos a los bancos que operaron través del MAE, tal cual preveían los contratos. Los bancos proponían que, como contrapartida, asumirían el compromiso de suscribir un bono con esos pesos, para así evitar que queden circulando en el sistema y presionen sobre la inflación.

«Los bancos se encargarían después de gestionar su liquidez y de ir cumpliendo con sus clientes. Pero prefieren comprar el bono y asumir esa responsabilidad antes que el Central no les pague, caiga en default y ellos tengan que lidiar con la ola de juicios de sus clientes», explicó a LA NACION una fuente al tanto de las negociaciones, con la condición de no ser identificado.

El Central descarta la posibilidad de no honrar sus obligaciones. Las autoridades saben que un default les cortaría el acceso a las líneas financieras que por estos días están negociando para fortalecer las reservas y abrir el cepo. Pero no pueden darse el lujo de volcar tal cantidad de pesos en el mercado, por el impacto inflacionario que tendría.

En el equipo económico esperan tener cerrado el plan para hoy. Incluso se especula que podrían llegar a anunciar algo por la tarde, en la conferencia anual de la Unión Industrial Argentina (UIA). Quienes conocen de cerca los números del Central admiten que no es mucho lo que pueden seguir esperando para austar el valor del dólar.

Más que un negocio, un dolor de cabeza

Los compromisos
El Banco Central (BCRA) vendió futuros de dólar para contener las expectativas de devaluación. En el acumulado a mediados de noviembre, se había comprometido a operaciones por más de US$ 15.000 millones

Bomba de pesos
Un ajuste del tipo de cambio obligaría al BCRA a emitir cerca de $ 70.000 millones este mes. Tal cantidad de pesos pondría en jaque cualquier plan antiinflacionario que pudiera plantear la nueva administración

Cobertura y especulación
Muchas empresas compraron futuros para cubrirse de una devaluación (como los importadores), pero muchas otras, por simple especulación.

fuente LA NACIÓN

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