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Primera diferencia en Cambiemos por las designaciones en la Corte

mauricio-macri-El teléfono nunca sonó, y muchos radicales se enteraron por televisión de la trascendente decisión presidencial, tomada en la intimidad en el atardecer del lunes.

Una decisión, completar por la vía de un decreto de necesidad y urgencia (DNU) dos vacantes en la Corte Suprema de Justicia, que le trajo a Mauricio Macri el primer cortocircuito con sus aliados de Cambiemos, esenciales en la carrera para llegar al poder, al que accedió hace menos de una semana.
Algunos correligionarios se animaron a decir en público lo que muchos otros se quedaron mascullando en privado luego de la sorpresa inicial. El senador Julio Cobos y el diputado Ricardo Alfonsín fueron los primeros, pero luego se sumaron -con matices- las autoridades de la UCR en el Congreso: el diputado Mario Negri (UCR-Córdoba) y el senador Ángel Rozas (Chaco).
El argumento fue similar en todos los casos: los antecedentes de Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti para llegar al alto tribunal son intachables, pero la «metodología» elegida -designar a los postulantes «en comisión» por un año antes de que sus pliegos sean aprobados por el Congreso- no se condice con la prédica republicana en la que coincidieron Pro, la UCR y la CC-ARI, que encabeza Elisa Carrió.
La tensión, las caras largas y las declaraciones de disconformidad de los radicales llegaron a oídos del Presidente, quien dispuso recibir hoy, a las 12, a la cúpula de la UCR, con su flamante José Corral como cabeza de la delegación, Negri y Rozas. El objetivo: explicar la medida y con ello bajar los niveles de enojo de los socios políticos de Macri.

«Me ha sorprendido y es innecesario», dijo Cobos en declaraciones radiales. «No encuentro razones para que sea por decreto y no por envío al Senado y convocatoria a extraordinarias, si es que hay celeridad a su criterio», agregó Cobos, que anteanoche llamó a Rozas y al ministro de Comunicación, Oscar Aguad, para consultarlos sobre las versiones de nuevas designaciones. Ni el chaqueño ni el cordobés sabían lo que horas después se confirmaría.
A Cobos y Alfonsín, para quien la decisión de Macri «deja mucho que desear en términos de legitimidad republicana y política», se les sumó el constitucionalista Ricardo Gil Lavedra. Como contrapartida, el ex titular de la UCR Ernesto Sanz, Corral y muchos otros dirigentes apoyaron sin reticencias las designaciones. «Es una decisión del presidente. Entendemos que hay opiniones diversas, pero hay que apoyar a Macri», dijo Corral a LA NACION.

¿Y Elisa Carrió? Fernando Sánchez, jefe de bloque de diputados de la Coalición Cívica, consultó el tema con su jefa política, quien se encuentra de viaje. Ambos coincidieron en que si bien el decreto es legal, hubiera sido «preferible» que el gobierno de Macri enviase los pliegos de los candidatos al Senado y se vote con los dos tercios como establece la Constitución Nacional.

Desde el macrismo, en tanto, hubo unanimidad en las declaraciones públicas. «Estos jueces serán miembros definitivos de la Corte sólo si el Parlamento así lo decide», afirmó la vicepresidenta Gabriela Michetti.

«Las designaciones son legales y correctas y el Presidente actuó como lo requería la situación del máximo tribunal, que no es bueno que permanezca largo tiempo con sólo tres de sus cinco integrantes», dijo el diputado Pablo Tonelli, experto en temas constitucionales. «La Constitución ha sido respetada y el proceso de consultas y selección de candidatos se ha abierto en el Ministerio de Justicia como corresponde» agregó en diálogo con LA NACION Laura Alonso, a punto de asumir como titular de la Oficina Anticorrupción (OA).

Fuera de micrófono, algunos dirigentes de Pro se quejaron. «Técnicamente lo que se hizo está bien, políticamente es un error», como lo definió un legislador que pidió no ser mencionado. Otros dirigentes dejaron en claro que la designación de los nuevos jueces no fue abrupta ni improvisada.

«Macri pidió una lista de postulantes, que primero pasaba los veinte, y después eligió él», afirmó un allegado al Presidente. Según dos de los encargados de proponerle nombres a Macri, los postulantes debían tener tres requisitos: tener menos de 60 años, ser constitucionalistas y no ser conocidos por él mismo.

«Algunos sangran por la herida, otros están en otra frecuencia. Por eso critican», defendió un legislador Pro a su jefe político. Tal vez como admisión de un error de procedimiento, Macri le dedicará parte de su agenda para calmar aguas que se volvieron turbulentas.

 

fuente LA NACIÓN

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