En medio de la escalada verbal por la discusión salarial, el presidente Mauricio Macri descomprimió la tensión con el secretario general de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, y acordó en secreto los criterios básicos para fijar una pauta de aumentos que respete las pretensiones del Gobierno y del sindicalismo: en las negociaciones paritarias estimarán el impacto de las rebajas en el impuesto a las ganancias y en el IVA para calcular un índice de aumentos más cercano al 25% que al 30%.
El Presidente y todos sus voceros confirmaron ayer que existió esa reunión reservada entre Macri y Moyano en la residencia de Olivos, la semana pasada, tal como adelantó ayer el diario Ámbito Financiero.
«Se acordó un marco conceptual, no se habló de números. Mientras hay declaraciones fuertes en el escenario político se está negociando en reserva», confirmó a la nacion un funcionario macrista.
«Los números los irán afinando, pero la aspiración del Gobierno es que cierren entre un 20% y un 25% de aumento, contemplando el impacto positivo que tendrán en los sueldos las rebajas en Ganancias y en el IVA para los alimentos», señaló otra alta fuente oficial.
La negociación también incluiría las subas en asignaciones familiares y el reparto de los fondos de las obras sociales, además de acuerdos de sumas no remunerativas en caso de que se dispare la inflación.
Durante la semana última, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, había estimado un techo de aumentos del 25% y varios dirigentes gremiales salieron al cruce. El propio Moyano, que ya había hablado con Macri, replicó que «si quiere limitar las paritarias, entonces, vamos a empezar a hablar en otro idioma».
Así las cosas, los principales sindicatos mantendrán en público su exigencia de un piso de 30%, mientras la Casa Rosada terminará y presentará los proyectos de ley de rebajas en el impuesto a las ganancias y la eliminación del IVA a los alimentos para los sectores de menores recursos. Sólo entonces se evaluará cómo beneficiarían los salarios para luego intentar una rebaja en aquel piso del 30%.
La reformulación por ley del impuesto a las ganancias consistirá en elevar el piso salarial a partir del cual se paga Ganancias, de 15.000 a 30.000 pesos, y retocar las escalas.
En Balcarce 50 no descartaron, además, poner en la negociación el reparto de los 26.000 millones de pesos del fondo para las obras sociales sindicales, que la ex presidenta Cristina Kirchner le denegó a los gremialistas y que es un viejo reclamo de Moyano y los sindicatos más numerosos, como Comercio, Sanidad, Construcción -los llamados «gordos»-, además de Camioneros.
«Éste es un gobierno que está demostrando la intención de discutir todos los temas, todo lo que el anterior no discutía: Ganancias, asignaciones familiares y los fondos para las obras sociales», dijo a la nacion un ministro involucrado en esas negociaciones.
Los proyectos de ley de Ganancias e IVA, entre otros, serán anunciados por Macri en su discurso de apertura de sesiones ordinarias del Congreso, el 1° de marzo próximo, cuando avancen las negociaciones paritarias. Serán usados así como parte de la negociación salarial.
En el Gobierno aseguraban ayer que «la reunión con Moyano fue la continuidad de una serie de reuniones que vienen manteniendo» y que en ellas «el Presidente le transmite que es un momento bisagra y que en el cambio todos tenemos que poner el hombro». Y que «si todos pedimos el 40% de aumento la inflación no bajará». Habrá nuevas reuniones.
La prioridad de negociar con el líder de Camioneros obedece a que «Moyano no es sólo Camioneros», sino que lidera la CGT Azopardo y a los sindicatos de transportes, que «son estratégicos porque sus huelgas suelen parar al país». De hecho, esa negociación abrió la puerta a la reunión de ayer entre la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que lidera Juan Carlos Schmid, y los ministros de Trabajo, Triaca, y de Transporte, Guillermo Dietrich.
Esa agrupación engloba a más de veinte sindicatos del transporte, como La Fraternidad, Camioneros, Colectiveros, Aeronavegantes, Portuarios, Guincheros y Grúas Móviles, Motoqueros, Dragado y Balizamiento, Señaleros y Marina Mercante, entre otros.
Las declaraciones de Dietrich, luego del encuentro, marcaron la sintonía que se abrió entre ambas partes. En el Gobierno descuentan que ese acuerdo con Moyano tendrá el visto bueno de la otra CGT, la que dirige Antonio Caló, y de los gremios llamados «gordos».
fuente LA NACIÓN