La diferencia promedio entre el precio que percibe el productor en el campo y lo que paga el consumidor en la góndola es 7 veces, según un informe de CAME ( Confederación de la Mediana Empresa). Hace seis meses que CAME puso en marcha el índice IPOD, que mide la diferencia promedio entre el precio de góndola y de origen para una canasta de 20 alimentos. Aquí, las disparidades:
El producto con mayor disparidad de valor es la pera donde el consumidor pagó en góndola casi 20 veces más de lo que recibió el agricultor en el campo. Junto a la acelga, el arroz y la manzana roja, mantienen distorsiones muy acentuadas.
La entidad señaló que el índice de precios de los productos vegetales se incrementó en enero 1,4% en precios, “impulsado principalmente por el aumento en productos como brócoli, la manzana, el repollo, la frutilla y la cebolla”.
Por otra parte, el índice que corresponde a productos de origen animal, que agrupa a huevos, carne de pollo, carne de ternera y leche, se ubicó resultó en términos de precios 8,5% mayor al de diciembre pasado.
De acuerdo a la medición, los productos más afectados por las distorsiones de precios fueron la pera, que alcanzó una brecha de 19,95 veces, seguida por la manzana roja (15,71 veces), el arroz (13,42 veces), y la acelga (13,07 veces).
En el otro extremo, los productos vegetales con menos diferencia fueron: limón (2,44 veces), lechuga (3,48 veces), calabaza (3,6 veces) y el aceite de oliva (3,74 veces).
El informe remarcó que “una situación de particular desajuste se dio en el caso del brócoli, donde el productor ganó 50 por ciento menos que el valor recibido en diciembre pasado pero el consumidor pagó en góndola 14,1 por ciento más”.
En enero, los productos que más bajaron sus precios al público frente a diciembre fueron: la calabaza (-19,8%), berenjena (-15,4%) y el aceite de oliva (-10,4%). Sin embargo, en los tres casos también el agricultor recibió menos pago por su cosecha.
Según el informe, en el recorrido que los productos hacen desde el campo hasta las góndolas “se generan un conjunto de alteraciones que suelen multiplicar por varias veces el costo de origen de muchos de ellos”.
Esto no tendría que ver con estacionalidades de producción en Argentina sino que “hay problemas más estructurales”, entre los que menciona “los altos montos de fletes y logística, la elevada carga fiscal” y destaca “los abusos de muchos intermediarios” que “explican la evolución irracional” de los valores que llegan al consumidor.
fuente CLARÍN