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Jubilados y beneficiarios de la AUH, con menos IVA a los alimentos

En un intento por comenzar a dar buenas noticias y en medio de un rebrote inflacionario que preocupa al Gobierno, el presidente Mauricio Macri anunciará en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso que enviará un proyecto de ley para que quienes cobren una jubilación mínima, la Asignación Universal por Hijo (AUH) y el Plan Progresar se beneficien con una devolución del impuesto al valor agregado (IVA) en la compra de alimentos básicos.

No se trata de una medida aislada. Luego de la devaluación, la baja de retenciones, la apertura parcial de las importaciones y la suba de tarifas, todas señales hacia los empresarios, Macri busca mejorar indirectamente los salarios, algo que reclaman los sindicatos para morigerar las subas de sueldos en las próximas paritarias. En ese sentido, se esperan además modificaciones en el impuesto a las ganancias (de mínimo imponible, las escalas y las deducciones) y una actualización en las asignaciones familiares.
El proyecto oficial contempla una baja de 15 puntos del IVA para algunos productos (los que pagan el 21%) y del total para otros (los que tributan el 10%), aunque ésta es una precisión que aún no está definida. La intención del Gobierno es que la rebaja empuje una bancarización (una formalización) de millones de argentinos. Ésta es una condición exigida por Abad. Además, el Gobierno aclarará que se trata de una devolución y no de una rebaja, con la intención de que el beneficio vaya al consumidor y no se pierda en la cadena de valor de producción, distribución y comercialización de los alimentos. Entonces, ante la compra de un alimento con una tarjeta magnética, el beneficiario recibiría directamente la devolución.

Tres fuentes empresariales confirmaron a la nacion que ya están avanzadas las negociaciones con la AFIP, el Ministerio de Hacienda y Finanzas y el Ministerio de Producción, con la industria alimenticia y los grandes supermercados. Desde las carteras que dirigen Abad y Alfonso Prat-Gay no quisieron hacer comentarios a este medio.

En diciembre pasado, tras la devaluación, Prat-Gay había adelantado en conferencia de prensa que estaban pensando en enviar un proyecto de este estilo. Entonces, provisoriamente se prorrogó el beneficio del reintegro del 5% a las compras realizadas con tarjeta de débito de hasta 1000 pesos. Además se extendió a las compras de combustibles.

La decisión del Gobierno es además un reconocimiento explícito a las denuncias sobre el peso de los impuestos en los alimentos y su incidencia en el precio final que la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) hizo durante los últimos años.
De acuerdo con un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) de septiembre pasado, sobre la base de datos oficiales, de cada $ 100 pesos que los consumidores argentinos gastan en alimentos, casi $ 40 son en realidad impuestos y van directamente a las arcas estatales.

La incidencia de la totalidad de los impuestos sobre el precio al consumidor en un producto alimenticio (con un IVA del 21%) es de 44,1%. Por lo tanto, el otro 55,9% cubre los costos del empresario y proporciona su rentabilidad. Según ese cálculo, el peso impositivo total se compone de IVA (17%), seguridad social (9,2%), impuesto a las ganancias (4,9%), ingresos brutos (7,7%), impuesto al cheque (2,6%), impuesto municipal (1,7%) e impuestos sobre dividendos (0,6%).

No obstante, si se toman los alimentos que tienen un IVA del 10,5% (carnes, frutas, verduras, granos, legumbres, entre otros), la incidencia de los impuestos en el precio al mostrador baja: llega al 38,8%. En ese caso, el hombre de negocios se queda con el 61,2% del precio final para cubrir sus gastos y obtener ganancias. Según esta torta, el peso de los impuestos se compone de IVA (9,5%), seguridad social (10%), impuesto a las ganancias (4,5%), ingresos brutos (8,5%), impuesto al cheque (2,8%), impuesto municipal (1,9%) e impuestos sobre dividendos (0,7%).

En las últimas semanas, la preocupación por la inflación recrudeció en el Gobierno. Las causas fueron la explosiva suba de la carne -según el índice de San Luis, subió un 22,9% en diciembre- y la publicación el fin de semana pasado de la inflación porteña, que se aceleró un 4,1% en enero, dato que sorprendió al oficialismo.

 

fuente LA NACIÓN

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