Un poderoso empresario del transporte ligado al kirchnerismo está en la mira de la justicia porteña por presuntas vinculaciones con redes de manteros. El juzgado penal N°29 convalidó la decisión de la Fiscalía de la Ciudad de someter a juicio oral y público a Néstor Emilio Otero, junto con otros integrantes del directorio de Nueva Estación Once SA, concesionaria de la terminal del tren Sarmiento: el estacionamiento subterráneo del lugar, según se investiga, habría sido utilizado por una red de vendedores ambulantes como depósito de mercadería ilegal.
Otero, conocido como «el hombre de las terminales», montó en las últimas dos décadas un imperio en torno a las concesiones de las terminales de ómnibus de Retiro, La Plata, Liniers y Mar del Plata, entre otras, y de la estación ferroviaria de Once. Y no es la primera vez que llega al banquillo de los acusados. El año pasado, incluso, estuvo involucrado en el juicio por dádivas contra el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime.
Ahora, la Unidad Coordinadora de Investigaciones Complejas de la fiscalía, a cargo de Walter López, formuló acusó a Otero y sus socios ya que se habría comprobado que el estacionamiento situado en Perón al 2800 fue utilizado como depósito de productos ilegales para la venta en la vía pública. Allí se habían construido pequeñas habitaciones para el depósito de mercaderías y la Justicia tiene en su poder filmaciones de ingreso y egreso de personas con bultos. El espacio no tenía habilitación para funcionar y estaba clausurado administrativamente.
Según pudo conocer LA NACION, Otero pretendió desvincularse invocando que había renunciado a la presidencia del directorio de la firma Nueva Estación Once SA en noviembre de 2011 y que, desde aquella fecha, no había vuelto a desempeñar cargo alguno. Con este mismo argumento, podría apelar la medida dispuesta por el juez. LA NACION intentó hablar con el empresario, pero no pudo establecer una comunicación.
La fiscalía sostiene que Otero, a pesar de su desvinculación de la firma concesionaria, habría participado posteriormente en actos de designación de autoridades del directorio y habría otorgado poderes de administración y judiciales en representación de la sociedad.
En el estacionamiento allanado el 26 de junio de 2014 se secuestraron, además de mercadería para la venta callejera, más de 1500 kilos de pescado en mal estado. También había vehículos dentro del garaje que eran usamos como depósito de mercadería. Tras ese operativo, los manteros de Once cortaron la avenida Pueyrredón, incendiaron gomas y hubo disturbios con la policía.
«Se comprobó en varios casos que la explotación de la concesión en Once es funcional al desarrollo de actividades ilícitas o irregulares: venta ambulante, venta de comida en pésimas condiciones. Incluso, del estacionamiento bajo la estación incautamos varias toneladas de pescado podrido; había una panadería irregular y otras actividades que no respetaban la normativa, como explotación en negro del mismo garaje», explicó la fiscal de cámara Verónica Guagnino.
La funcionaria agregó: «Con respecto a toda la venta ambulante y los alquileres, le iniciamos una causa a Otero por violación del régimen penal tributario, que está en plena investigación, esperando que la AGIP se manifieste en cuanto a si se superó o no el monto para configurar un delito».
Ya en julio de 2014, la Unidad Coordinadora de Investigaciones Complejas había formulado otra acusación contra Otero -la primera- por haber organizado en 2013 actividad lucrativa en las calles de Retiro, linderas a la terminal de ómnibus.
Entonces, se probó que en locales que concesionaba el empresario se organizaba la venta ambulante callejera de esa zona. Otero fue juzgado y resultó beneficiado con la suspensión del juicio a prueba, imponiéndole diversas reglas de conducta: hizo donaciones a instituciones de bien público por la suma de 100.000 pesos. Un beneficio que ahora no tendría en caso de ser encontrado culpable, ya que es la segunda vez que irá a juicio. El proceso se realizaría en los próximos meses.
Empresario poderoso
Otero pasó de maestro pastelero a ser el empresario fuerte del transporte: llegó a controlar más de 25 empresas. La más conocida, TEBA SA, maneja la terminal de Retiro desde 1981, entre otras cabeceras para pasajeros.
Tras la llegada de Néstor Kirchner a la Casa Rosada, en 2003, y de Jaime como secretario de Transporte, los negocios de Otero vinculados con las terminales de pasajeros registraron un fuerte crecimiento y logró consolidarse como el principal operador nacional de las estaciones de pasajeros a partir de la renegociación de las concesiones de TEBA.
El empresario, como se dijo, también estuvo en el banquillo de los acusados en septiembre de 2015 por el pago de dádivas: Jaime reconoció que había aceptado sobornos de empresarios a los que debía controlar, y acordó en un juicio abreviado. En esa causa, Otero firmó una probation y desembolsó 760.000 pesos para un comedor comunitario y otros 25.000 pesos para obras benéficas, mientras que también debió desarrollar tareas comunitarias.
fuente LA NACIÓN