El retoque en el mínimo no imponible a partir del cual un trabajador deberá pagar Ganancias se traducirá en una mejora en el salario de bolsillo este año de entre 10 y 22% para los casos de las familias tipo (casados y con dos hijos) y de entre 8 y 20% para los solteros. Mientras tanto, 180.000 asalariados quedarán exentos de el tributo.
Según especificó el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Alberto Abad, el 75% de las familias que estarán a partir de ahora alcanzadas por la retención del impuesto tienen una remuneración bruta mensual de hasta 45.000 pesos. Para este universo de contribuyentes, la mejora en el salario de bolsillo es la más importante, de entre el 19 y el 22 por ciento.
Tras el anuncio de ayer, en 2016 -ya que la baja en el mínimo no imponible es retroactiva a enero, por tratarse de un impuesto que se calcula sobre los ingresos de todo el año- sólo pagarán Ganancias aquellos con un salario bruto mensual de 30.000 o más (antes 15.000 pesos) o, lo que es lo mismo, los que tengan un sueldo de bolsillo de $ 25.000 o más, si son casados con dos hijos (antes 9600 pesos) o de $ 18.880 si son solteros y sin hijos (antes 6938 pesos).
En muchos casos la mejora en el salario de bolsillo podría ser mayor una vez que se retoquen las escalas que se aplican a los trabajadores que superen este mínimo no imponible. Por ahora no se modificaron, pero, dijo Abad, sí se tratarán en la reforma impositiva que se debatirá en el Congreso en marzo, una vez que comiencen las sesiones ordinarias.
La alícuota más baja es hoy del 9% y llega hasta el 35%, en el caso de los trabajadores con una ganancia neta de 120.000 pesos al año. Pero prácticamente no hay salario alcanzado por Ganancias que pague la alícuota más baja. A partir de la suba del mínimo no imponible anunciada ayer, un matrimonio con dos hijos que tenga ingresos mensuales de 42.000 pesos ya estaría pagando hoy la tasa más alta (antes de los cambios, 32.000 pesos).
«Queda claro que las escalas tienen que ser revisadas», reconoció Abad en una rueda de prensa. «Ocho años de inflación destruyen cualquier impuesto. Y para empezar a repararlo hay que ir haciéndolo en pasos. [La suba del mínimo no imponible] es el primero. Pero uno de los límites tiene que ver con el costo fiscal», admitió. La medida anunciada ayer por el presidente Mauricio Macri hará que el fisco deje de percibir este año $ 49.077 millones.
Y es que no sólo habrá gente que pague menos cada mes, sino que habrá 180.000 personas que a partir de los cambios quedarán fuera del universo de retenidos por el impuesto. A partir de ahora, 1,3 millones de contribuyentes estarán alcanzados por el impuesto.
Abad aclaró, no obstante, que quedarán eliminadas todas las exenciones que se fueron haciendo en los últimos años para empachar las distorsiones que generaba la inflación en la aplicación del impuesto sobre el salario de los trabajadores. Así, por ejemplo, todos aquellos que en agosto de 2013 ganaban menos de $ 15.000 y que desde entonces estaban exentos de pagar Ganancias, por más que ahora superaran con creces ese salario, estarán incluidos dentro del régimen normal de cualquier trabajador, y también deberán tributar por todos aquellos ingresos netos que superen los 30.000 mensuales.
Además del mínimo no imponible a partir del cual se calcula el impuesto, la AFIP explicó que aumentaron las deducciones que se pueden hacer por cargas familiares (cónyuge e hijos). Sumadas estas deducciones, el mínimo no imponible sube en un 160%, de $ 124.761 anuales a $ 325.000, dijo Abad. Desde 2007 los distintos beneficios que se fueron aplicando para emparchar el impacto del impuesto no superaban en ningún caso aumentos del mínimo del 25 por ciento.
Para los trabajadores autónomos, en tanto, el mínimo no imponible será de $ 164.192 si están casados y de 84.000 anuales, los solteros.
Incentivos para el blanqueo
Los cambios en el mínimo no imponible también se traducen automáticamente en un beneficio para todos aquellos trabajadores que tienen una empleada doméstica, dado que se incrementa la deducción que se puede hacer por este concepto cada año. La normativa vigente establece que el empleador puede deducir la remuneración que paga al personal de casas particulares hasta el monto del mínimo no imponible.
«El primer impacto [de este anuncio] es resolver inequidades flagrantes producidas por la inflación», resumió Abad. «Está claro que la presión tributaria es alta, nadie lo discute, pero si no aumentamos la base y la producción, entramos en un círculo en el cual esto se ahoga. Hay que pedir factura, y que todos los que tengan que pagar IVA o monotributo lo hagan», sentenció.
fuente LA NACIÓN