Pasadas las seis y media de la tarde se saludaron de manera tan cordial como fría en el quincho de la quinta presidencial de Olivos, con ministros y representantes de otros organismos de derechos humanos como mudos testigos.
Una hora más tarde, y después de un intercambio donde no faltaron desacuerdos, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, calificó de «respetuosa y serena» la actitud del presidente Mauricio Macri durante el primer encuentro que sostuvieron, y del que ambos salieron satisfechos. «Cuando llegamos el Presidente tenía una cara, cuando nos fuimos tenía otra. Estamos para ayudar a construir», dijo Carlotto con una sonrisa a los periodistas en la sala de prensa, abierta por segunda vez durante el mandato de Macri y cerrada durante largos años de kirchnerismo.
La satisfacción era mutua. El Presidente debió apelar a su paciencia oriental cuando Carlotto y sus acompañantes le entregaron, al inicio del encuentro, un petitorio de seis páginas repleto de reproches y pedidos entre los cuales figuraron la «continuidad de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia», la libertad de Milagro Sala y el repudio al protocolo que impulsa para las protestas y a la «ola de despidos» del sector público.
Sin levantar el tono, según distintos testigos, el Presidente prometió a sus invitados que podrán realizar su acto recordatorio del golpe militar de 1976 en Plaza de Mayo. El Gobierno hará su propia conmemoración unos días antes, el 19.
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Como contrapartida, la titular de Abuelas se mostró dispuesta a un encuentro con el presidente nor-teamericano, Barack Obama, que llegará al país en coincidencia con la conmemoración de los 40 años del golpe. «Si quisiera vernos, ¡como no!», dijo Carlotto, que llegó junto a Haydeé García (Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora), Ángela Paulin (Familiares de detenidos por razones políticas), Carlos Pisoni (Hijos) y Gastón Chillier (CELS). «Le pediríamos por la desclasificación de los archivos para encontrar a nuestros nietos», agregó la dirigente.
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¿Estarán juntos Macri, Obama y Carlotto en la ex ESMA el 24? «No está definido que Obama venga a la ESMA, la agenda la están definiendo con Cancillería aunque hay un interés de Estados Unidos por este tema», dijo a LA NACION Avruj, uno de los promotores del encuentro. La canciller Susana Malcorra y el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, también participaron, al igual que el ministro de Justicia, Germán Garavano.
Distanciados durante años, Macri y Carlotto evitaron temas ríspidos y agresiones, como la referencia de Macri a LA NACION sobre «los curros de los derechos humanos» en la previa de la campaña electoral, o las acusaciones de la líder de Abuelas sobre el «autoritarismo» del hoy Presidente. Chillier sí habló de «los derechos afectados» por el protocolo, aunque Garavano le salió al cruce diciendo que «no estaba de acuerdo» con esa aseveración del dirigente del CELS, que conduce el periodista Horacio Verbitsky.
Cercana a Néstor y Cristina Kirchner en los últimos años, Carlotto sorprendió al afirmar: «No somos políticos partidarios», y proclamó, casi en tono Pro: «Tenemos que evitar el enfrentamiento y la intolerancia».
¿Y el debate sobre la cantidad de desaparecidos? Durante la reunión, y mientras todos tomaban agua mineral, el representante de Hijos planteó su rechazo a las declaraciones del ministro de Cultura porteño, Darío Lopérfido, en las que puso en duda la cifra de 30.000. Macri le contestó de manera similar a su respuesta de ayer a la televisión francesa. «Esa discusión es inútil. Lo importante es que estas cosas no vuelvan a ocurrir», dijo Macri, un argumento que Avruj repitió durante la conferencia de prensa.
«Habrá futuros encuentros», prometió la titular de Abuelas. Y el gesto llegará rápido: mañana estará junto al presidente francés, Hollande, y el jefe de gobierno porteño, el macrista Horacio Rodríguez Larreta, en su visita al Parque de la Memoria.
Atrás quedaron los reclamos de Carlotto al jefe de Gabinete, Marcos Peña, semanas atrás en la Casa Rosada. No hubo entre ellos muestras de afecto, pero sí la intención de dejar atrás viejas y duras rencillas.
No se conoce aún el acuerdo YPF-Chevron
A medianoche del lunes venció el plazo que la Justicia otorgó para que YPF haga público el contrato que celebró con Chevron para explotar el yacimiento de Vaca Muerta, pero los detalles del acuerdo no llegaron a manos del diputado socialista Rubén Giustiniani, impulsor de la demanda.
Giustiniani, acompañado entre otros por Fernando «Pino» Solanas y Claudio Lozano, se presentó en el Juzgado en lo Contencioso Administrativo Federal N° 7, donde YPF dejó una copia del contrato, pero no pudo verla. La jueza María Cristina Carrión de Lorenzo afirmó que tiene tres días para cumplir con el fallo.
«La jueza nos dice que tiene tres días para producir despacho para entregarnos la copia del contrato con Chevron que YPF depositó esta mañana en el juzgado. Le pedimos la máxima celeridad», dijo Giustiniani.
fuente LA NACIÓN