El anuncio del aumento del mínimo no imponible a partir del que se calcula el impuesto a las ganancias quedó diluido una vez que el Gobierno admitió que no habría cambios en las escalas hasta 2017.
«Es una escala que no se ajustó ni en 2001. Con lo cual hoy ganando un bruto de 40.000 pesos, apenas 10.000 pesos mensuales más que el mínimo no imponible, uno entra a pagar la tasa más alta, del 35%», dijo Adriana Piano, socia de SMS-San Martín Suárez & Asociados. «La de las escalas es una asignatura pendiente desde que salimos de la convertibilidad y requiere de una reforma por ley. Porque cuando entrás a pagar el impuesto, ya estás muy cerca de lo más alto de la escala. El problema es que antes no se ganaba tanto en términos nominales», explicó.
Previo a 2007, que fue cuando comenzó a acelerarse la tasa de inflación y el gobierno de Cristina Kirchner intervino el Indec para ocultar el avance de los precios, la mayoría de los contribuyentes que estaban alcanzados por Ganancias pagaban la tasa más baja, del 9 por ciento. Pero las escalas, que no se ajustan desde los años 90, ya acarreaban un retraso fuerte desde 2001.
«Hasta que no empezaron a manipular los mínimos no imponibles, que se empezó a hacer en el gobierno anterior, el impuesto a las ganancias lo pagaban muy pocos asalariados», recordó el tributarista César Litvin. Y señaló que antes de la suba del mínimo no imponible anunciada la semana pasada el 70% de los que están alcanzados por la retención pagaban las dos alícuotas más altas, del 31 y el 35 por ciento. Según él, con el alza del mínimo sólo se beneficiarían -bajando tal vez algunos escalones- los que estaban incluidos en las alícuotas más bajas del tributo, pero difícilmente se note entre los que están alcanzados por las tasas más altas. Más aún, una vez que se cierren las paritarias este año, es muy factible que se mantenga el ratio del 70% o incluso que empeore.
La AFIP contempla una escala con tasas que van desde el 9% hasta el 35% para gravar los ingresos excedentes de los trabajadores, una vez descontados el mínimo no imponible y otras deducciones. La tasa más baja, del 9%, se aplica para los primeros 10.000 pesos que excedan el mínimo imponible. Sólo alguien con un sueldo bruto de 30.833 pesos mensuales, por caso, pagaría la alícuota más baja. Alguien que al año tenga una ganancia de $ 20.000 por encima del mínimo no imponible pagaría ya 9% por los primeros $ 10.000 y 14% por los otros $ 10.000. Es una escala progresiva que contempla siete tasas: 9% (para quien se exceda en hasta 10.000 pesos anuales), 14% (para los que tienen excedentes desde 10.000 hasta 20.000 pesos), 19% (a partir de los 20.000 pesos), 23% (30.000 pesos), 27% (60.000 pesos), 31% (90.000 pesos) y 35% (de 120.000 pesos en adelante).
Para Litvin, «siendo muy prudentes», si se multiplicaran por 10 las escalas, la alícuota más alta sólo tomaría a los que tengan una ganancia neta por encima del mínimo no imponible de $ 1,2 millones por año. «Y a mi gusto este ejercicio me queda corto. El 35% debería estar mínimamente para los que superaran los 1,8 millones de pesos por año», afirmó.
Raúl Sanguinetti, socio de Baker Tilly, coincidió y lo ilustró con un ejemplo: si desde agosto de 2013 el mínimo era de $ 15.000 para el soltero, al sumársele el 120% que se acumuló en esos años de inflación y paritarias, hoy ese mínimo debería ser $ 33.000. Y, desde la reforma anunciada este mes, ya a un soltero con un salario neto de $ 18.880 [22.747 brutos] se le retiene el impuesto. «Esa persona soltera que hoy en la realidad gana 33.000 pesos brutos al menos, no sólo está pagando Ganancias, sino que cae en las alícuotas más altas porque excede en más de 10.000 pesos mensuales el mínimo no imponible», ilustró Sanguinetti, para quien con la modificación oficializada anteayer el Estado va a recaudar incluso más que antes.
fuente LA NACIÓN