El ex director de Operaciones de la ex SIDE Antonio «Jaime» Stiuso declaró durante todo el día de ayer y parte de la madrugada en una exhaustiva jornada que solo tuvo un cuarto intermedio hacia las 21.20 de la noche, cuando, en medio de un total hermetismo, los abogados querellantes se retiraron del edificio cumpliendo la decisión de la jueza Fabiana Palmaghini, para volver una hora después y continuar con la audiencia.
Palmaghini reimpuso el secreto de sumario para evitar que se filtre información de la declaración del ex espía, que era escuchada por la fiscal Viviana Fein , los abogados querellantes de las hijas de Sandra Arroyo Salgado y de Sara Garfunkel -madre del fiscal-, además del letrado del imputado Diego Lagomarsino, Gabriel Palmeiro. Todo en medio de una estricta custodia que tuvo como postal la gran cantidad de policías en esa ala del edificio y en los alrededores del gigantesco Palacio de los Tribunales.
El operativo de seguridad fue tal que incluso los periodistas que son asiduos visitantes del Palacio no pudieron ingresar cuando llegaron después del horario judicial, mientras los que estaban trabajando adentro fueron obligados a retirarse después de las 20 del edificio, decisión que fue inmediatamente revocada desde el área de prensa de la Corte Suprema al conocer la orden impartida.
Un hecho, dos hipótesis
Las partes querían interrogar exhaustivamente a Stiuso sobre sus últimos contactos con el fallecido fiscal Alberto Nisman y los detalles de las comunicaciones del fin de semana del 17 y 18 de enero de 2015, cuando murió el ex titular de la UFI AMIA.
En los papeles, su cargo era de director de Operaciones de la SIDE, pero Stiuso, con toda una carrera en «la casa», fue durante años el hombre más poderoso del mundo del espionaje. Conoció a Nisman por el caso AMIA; una investigación que, según el ex espía, fue la razón de la vida de ambos.
El ex espía tenía una relación muy cercana con Nisman y fue el hombre a quien el fiscal buscó con insistencia el día previo a su muerte. Pero Stiuso no le atendió el teléfono.
La audiencia estaba citada para las 10, pero el movimiento empezó muy temprano en el juzgado de Palmaghini. Para evitar a los fotógrafos que lo iban a estar esperando, Stiuso llegó cerca de las 8. Fuentes policiales contaron que entró por una puerta lateral, por la calle Tucumán, pero lo cierto es que nadie lo vio llegar.
A Stiuso lo acompañó su abogado, Santiago Blanco Bermúdez, que daba vueltas por el edificio. Pasadas las 21, durante el cuarto intermedio, subió a ver a Stiuso. No tenía permitido participar de la audiencia.
En los interrogatorios de Palmaghini el sistema es que primero pregunte la jueza y una vez terminadas todas sus preguntas empiece el cuestionario de las partes. Fein no llevaba preguntas preparadas. Las querellas, sí. Tenían largos cuestionarios.
¿Qué dijo en su primera declaración Stiuso?
Fue la segunda vez que Stiuso declaró en esta causa. La anterior había sido hace un año y en secreto, un martes feriado de Carnaval.
Entonces, a Stiuso le preguntaron por qué no había atendido a Nisman, que lo llamó con insistencia vía Nextel el día antes de su muerte. «No lo escuché. Tenía el volumen bajo», contestó él, que dijo que había bajado el timbre por el acoso de los periodistas.
Contó que desconocía que Nisman fuera a denunciar a la entonces presidenta y consideró «intempestiva» la forma en que lo hizo. «De haberlo sabido, lo hubiese aconsejado o asesorado de otra manera», añadió.
Tras la maratónica audiencia solo resta esperar qué datos trascienden del testimonio del ex espía, a pesar de que la jueza le prohibió a las partes involucradas divulgar cualquier dato.
fuente LA NACIÓN