Matías Garfunkel fue socio de Sergio Szpolski en el ultrakirchnerista Grupo 23, entre febrero de 2011 y fines del año pasado. Garfunkel y su esposa Viviana Vanucci viven desde hace tres meses en EE.UU. “Nos fuimos por el nivel de amenazas, que había llegado a un nivel intolerable, ya que habían hackeado mis mails, el iPad de mi hija y el sistema eléctrico de mi casa”, aseguró Garfunkel, en una entrevista telefónica con Clarín. Y agregó: “Pero siguen, cada tres días recibo un alerta que dice ‘su mail ha sido hackeado’. Y en Buenos Aires siguen las amenazas”.
-¿No se sienten seguros en la Argentina?
-Estoy en un exilio forzado, no voluntario. mi hija de tres años, debería estar estudiando en el colegio, en Buenos Aires, y no la puedo mandar.
-¿Su idea es poder volver a Buenos Aires o quedarse ahí?
-Mi idea es volver y tener una vida tranquila. Lo único que quiero es que la Justicia meta preso a los que tienen que ir presos, que deje de proteger a las personas que no sólo le hicieron daño a otras personas, sino que tanto daño le han hecho a la Argentina, a la democracia, a las instituciones. Pido que los jueces vayan detrás de quienes cometieron estos delitos. Están no sólo Szpolski, sino también (Darío) Richarte, (Javier) Fernández y (Juan José) Gallea.
-¿Cómo explica su relación con esa gente y el dinero que les dieron en publicidad oficial?
-El contrato original que se firmó establecía que la responsabilidad por el control editorial y la administración la tenía el grupo de Szpolski y compañía, hasta fines de 2015. Pero ese grupo fue una vaciadora, y Szpolski no fue otra cosa que un fronting (testaferro).
-¿En el sentido que otra gente tomaba las decisiones?
-Un ejemplo: yo no conocía la existencia de Gallea, hasta que en 2011 me entero que la flota de teléfonos del Grupo 23 estaba a nombre de Gallea y que uno de los teléfonos estaba asignado a Javier Fernández. Otro ejemplo: yo me comprometo a aportar una cantidad de dinero a la imprenta Poligráfica del Plata y ellos se comprometen a otra cantidad, pero no lo hacen. Y Javier Fernández viene a mi oficina, con una carpeta que figuraba esto y otras inversiones en CN23, diciendo que él iba a presentarle todo a Cristina. Hicieron una pantomima, una gran máquina de lavar. Empezaron a venir una serie de amenazas, al mismo tiempo que pedía que me mostraran los papeles.
-Recuerdo que los habían amenazado con las fotos de sus hijos.
-La policía dijo que desde el teléfono que habían amenazado a Victoria tuvieron comunicación con un teléfono de las oficinas de Szpolski. Yo no tenía dudas que Szpolski, Darío o quien sea, eran mandados por ellos. No creo en las casualidades. Cada vez que avanzaba pidiendo un papel, me daban fotocopias, papeles que no se correspondían entre sí. Y al día siguiente, recibía una amenaza.
-¿Cuándo lo amenazaron?
-En julio, agosto, desde que empecé a pedir información. Ellos estaban en ese momento en el proceso de entregarles Tiempo Argentino y Radio América al grupo Olmos, a cambio de nada, a lo que yo me niego. Empiezo a pedir explicaciones de qué había pasado con el dinero.
-¿Cuánta plata había puesto usted en el grupo?
-En total fueron 35 ó 36 millones de dólares. En septiembre me decían que el grupo arrojaba una ganancia financiera de $ 65 millones. Pero eso era imposible.
-Este año fueron vendiendo varios medios.
-Se empiezan a desprender de cosas. El abogado que me representa llevaba una conversación paralela con Szpolski, para ver si podíamos a un entendimiento, pero todo terminó abruptamente, porque es un mentiroso serial. Hasta recurrí a un conocido. Me comuniqué con Angelici, para ver si Szpolski le estaba transmitiendo los mensajes a Richarte. Y me dijo que sí.
-¿Qué rol tenía ahí Angelici?
-Darío Richarte es abogado de Angelici y forma parte de la Comisión Directiva de Boca. En la última reunión que tuvimos, Richarte dijo que no quería tener ningún problema, porque se estaba presentando como candidato en Boca con Angelici. Y como una amenaza, nos dijo: “acá nos salvamos todos o me salvo yo solo, por mi relación con Angelici y el macrismo”. Richarte es un socio oculto de Szpolski.
fuente CLARÍN