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España promete inversiones, pero espera más reformas económicas

MADRID.- Un día después de pedirles disculpas a los inversores españoles por «los abusos» que sufrieron durante el kirchnerismo, el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, cosechó ayer aquí una avalancha de elogios empresariales al cambio de rumbo político-económico en la Argentina.
La puesta en escena de ese romance entre los capitales ibéricos y el gobierno de Mauricio Macri no podía darse en un escenario más simbólico: la Sala José María Cuevas de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). En ese mismo lugar, 13 años atrás, Néstor Kirchner reprochó con un discurso inclemente la actuación de los ejecutivos españoles durante los 90. Cuevas (fallecido en 2008) era entonces el presidente de la patronal y se le atribuye una célebre síntesis de la reunión: «Nos puso a parir».

Aquél fue el prólogo de una de las etapas más tormentosas en la relación bilateral, que Macri se propone superar cuanto antes. Prat-Gay actuó como mensajero: prometió «reglas claras e inamovibles», un «clima libre de negocios» y el fin del «populismo autocrático» en la Argentina.

La reacción de los directivos de empresas, de los jefes de las cámaras y también de funcionarios clave de la administración de Mariano Rajoy se tradujo en un apoyo unánime y explícito al gobierno argentino. Pero el ministro también tuvo que escuchar consultas sobre más reformas que los inversores esperan.

«Miremos hacia el futuro. La Argentina va en la buena dirección y esperamos que las inversiones se multipliquen», auguró el presidente de la CEOE, Juan Rosell. Su número dos, Antonio Garamendi, había dado la bienvenida a Prat-Gay. «Cuente con los empresarios españoles. Estamos muy esperanzados con vuestro país», dijo. «Es el momento de apostar por la Argentina. Todas las señales que percibimos son positivas», se sumó el número uno de la Cámara de Comercio, José Luis Bonet.

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En el auditorio lo esperaban unos 200 ejecutivos de empresas con intereses en la Argentina. En nombre del gobierno de Mariano Rajoy, asistió el secretario de Comercio, Jaime García Legaz. Antes, el ministro de Economía, Luis de Guindos, había compartido un acto y un almuerzo privado con Prat-Gay. Le transmitió el «respaldo inequívoco» de las autoridades de España al programa de Macri. Tuvo la delicadeza de no hablar del gobierno anterior, pese a que le resulta imposible olvidar cuando Cristina Kirchner se refirió a él como «el pelado ése», en un discurso televisado en el que cuestionó el ajuste español de 2012.

Prat-Gay volvió a lamentar «la triste situación» que agrió las relaciones bilaterales. Recordó que España era hasta esa crisis el principal inversor extranjero en la Argentina. Ahora es el segundo, detrás de Estados Unidos: «Queremos que les vuelvan a ganar». Reiteró el compromiso con la previsibilidad y puso de ejemplo el veto de Macri a la ley antidespidos. «El Presidente está dispuesto a invertir capital político en establecer reglas claras», dijo.

No eludió el caso Repsol-YPF, el gran conflicto que terminó por separar a la Argentina y España en 2012: «Las decisiones del gobierno en ese tema fueron espantosas. Provocó un daño tremendo a la reputación del país y terminó pagando en compensación más de lo que valía la acción de Repsol». Durante un acto previo, al responderle a un periodista, había dicho que la petrolera «puede volver al país, si tiene interés y si cumple con las normas».

Ante consultas sobre la alta presión fiscal que perciben los empresarios, el ministro respondió: «Nos gustaría bajar los impuestos, pero no se puede mientras la economía no crezca». También descartó medidas drásticas para reducir el déficit, porque cree necesario mantener los planes asistenciales que dejó el kirchnerismo. «En esta primera etapa, ante las urgencias sociales, preferimos curar antes que investigar. Ya habrá tiempo para corregir», expresó.

En el turno de preguntas, se blanquearon algunas dudas detrás de los elogios. Enrique Medina, ejecutivo de Telefónica, se quejó de las regulaciones que impiden a las compañías del sector vender paquetes convergentes (telefonía, Internet y televisión). «Estamos trabajando en un sistema que pueda involucrar a todos y les permita competir», respondió Prat-Gay.

Un representante de la autopartista Gestamp también matizó los elogios con inquietudes sobre qué medidas tomaría el Gobierno para impulsar al sector. El ministro dijo que se analizaba una ley específica.

Se despidió con la promesa de que Macri estará pronto en Madrid para reforzar la nueva sintonía. Necesita que primero España defina un gobierno estable tras las segundas elecciones generales en seis meses, el 26 de este mes.

 

fuente LA NACIÒN

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