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Báez se reunió a solas con la Cámara y se quejó de Casanello, pero no aportó nuevas pruebas

La puerta se cerró y Lázaro Báez quedó a solas con los tres camaristas que deben decidir su destino. Lo había pedido él. Quería hablarles sin testigos.
Eran las 11.25. El suspenso de las horas previas había generado una enorme expectativa sobre esta audiencia. Báez no adelantó qué planeaba decirles y en los medios circuló todo tipo de especulaciones.

En quince minutos, el misterio se disipó. Lázaro Báez quería quejarse del avance de la causa que lo tiene preso. Decir que es inocente, que no debería estar detenido y que el juez federal Sebastián Casanello, que ya firmó dos procesamientos en su contra, nunca ordenó las medidas que él le pidió.

No presentó datos desconocidos ni pruebas nuevas. Y si bien dijo que el caso no avanzaba con la debida «imparcialidad», tampoco acusó al juez de ninguna irregularidad concreta. La de Báez fue una presentación de tono genérico, según relataron fuentes judiciales. La clásica audiencia personal entre un detenido y los camaristas que deben revisar lo resuelto en su contra.

Este tribunal, integrado por Eduardo Farah, Horacio Cattani y Martín Irurzun, va a decidir si confirma el último procesamiento por lavado de dinero que Casanello firmó contra Lázaro y Martín Báez, y también si ratifica a este juez al frente de la investigación.
Los tres camaristas recibieron ayer a Báez acompañados por dos secretarios del tribunal. El acusado había pedido que no estuvieran presentes las demás partes de la causa (por eso, se le negó el acceso, incluso, al fiscal de Cámara). Lo primero que le preguntaron a Báez fue si él decidía que tampoco sus abogados lo acompañaran. Contestó que no los necesitaba.

En el acta de ayer, el tribunal dejó asentado, además, que no le harían preguntas. Sólo lo interrogaron sobre su salud. Báez dijo que estaba bien, que en la cárcel de Ezeiza lo trataban de forma adecuada, a pesar de que a veces faltaban insumos.

El resto de la presentación de Báez se pareció mucho al último escrito que su defensa le había presentado a Casanello. Ayer, Báez volvió a hablar de su rol como contratista del Estado y dijo que él había cotizado obra pública como otros empresarios, algunos muy importantes, pero que no eran él ni sus empresas quienes fijaban los montos ni las condiciones de las licitaciones.

En esta causa, Báez no está siendo investigado por su rol de contratista del Estado, pero él afirma que en el expediente se sostiene una ficción. Que el juez y el fiscal Guillermo Marijuan en realidad sí lo investigan por eso, aunque no lo admitan. En su escrito de la semana pasada, Báez afirmó que los supuestos sobreprecios en la obra pública son el delito precedente en el que se basan los investigadores para decir que él lavó dinero. Y que, por eso, si lo investigan a él también deberían investigar a otros empresarios (lista en la que Báez incluyó a Ángelo Calcaterra, el primo de Mauricio Macri), así como a los funcionarios públicos que controlaban las licitaciones.

Marijuan, en cambio, afirmó que esta causa no investigaba sobreprecios, que era el juez Julián Ercolini el que tenía en su juzgado esa investigación. De acuerdo con lo escrito en los dos procesamientos dispuestos contra Báez, el delito precedente es una supuesta estafa con facturas falsas en la que habría incurrido el grupo empresario de los Báez.

Ayer, quien apuntó más fuerte contra Casanello fue Leandro Báez, el hijo menor de Lázaro, que fue quien recusó al juez.

Esa recusación está en pleno trámite. Ayer estaba prevista la audiencia para tratar el tema. Los abogados de Leandro Báez, tal como habían anunciado, no asistieron, pero entregaron un escrito en la mesa de entradas de la Cámara. En ese documento dijeron que Casanello estaba «direccionando» la investigación contra los Báez y en favor de Cristina Kirchner. Sostuvieron que no había ordenado «ni una sola prueba» contra ella. También recordaron que el juez seguía imputado en una causa abierta en su contra para averiguar si estaba torciendo la investigación y que «varias notas periodísticas» y un «anónimo» reforzaban las sospechas de su relación con La Cámpora y con la ex presidenta .

La Cámara debe decidir ahora si aparta al juez -en los tribunales creen que no va a pasar- y también si confirma el nuevo procesamiento que Casanello firmó contra Báez, justo antes de partir a Roma para encontrarse con el papa Francisco.

Ayer, Báez volvió a la cárcel, pero antes estuvo horas esperando en la alcaidía de Comodoro Py. Hasta allí se acercó su hijo Martín -procesado como él- para visitarlo. Estuvo más de una hora, pero no consiguió el permiso para entrevistarse. A primera hora de la tarde, Martín se fue y su padre se quedó esperando el camión que lo trasladaría, otra vez, a su celda en Ezeiza.

Qué pasó en los tribunales

Lázaro Báez hizo una presentación genérica

Audiencia

Los camaristas Farah, Cattani e Irurzun recibieron a Lázaro Báez, por pedido del propio detenido

Reclamo

Báez dijo que si se lo investiga como contratista del Estado, hay que investigar a otros empresarios

Denuncia

Leandro Báez, su hijo, presentó un escrito y denunció que Casanello «direccionaba» la investigación.

 

fuente LA NACIÒN

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