Làzaro Báez juega a la política en las causas que lo complican en los tribunales. Para defenderse, argumentó que el estado financiero de su empresa Austral Construcciones era tan sólido cuando el Banco Nación le prestó 350 millones de pesos para hacer obras públicas que hasta funcionarios del macrismo y de Boca Juniors certificaron su solvencia.
Para probarlo, presentó un informe de evaluación de riesgo de su empresa constructora realizado por la calificadora de riesgo Evaluadora Latinoamericana, que presidía Enrique Szewach, actual vicepresidente del Banco Nación, y que suscribió Murat Nakas, uno de los integrantes del consejo de calificación de la empresa y actual compañero de Daniel Angelici en la comisión directiva de Boca Juniors.
La defensa de Báez pretende probar que sus cuentas eran sólidas como para que el Estado le prestara el dinero.
Ante la picardía política de Báez, Szewach dijo a LA NACION que efectivamente Austral Construcciones fue cliente de la calificadora de riesgo que presidía. Pero indicó que como Austral Construcciones devolvió el dinero prestado, la calificación positiva no era errada.
Además, destacó que él mismo no había integrado el comité de calificación, conformado por Julieta Picorelli, Hernán Arguiz y Murat Nakas, un equipo independiente de ejecutivos de la firma.
Este informe de calificación -al que accedió LA NACION- está incluido en la causa que investigan Daniel Rafecas y el fiscal Carlos Stornelli del fideicomiso financiero Austral Construcciones, mediante el cual el banco oficial transfirió el dinero a la empresa de Báez contra la presentación de los contratos de obra pendientes de cobro y los certificados de avance de esas obras.
El juez y el fiscal empezaron investigando acuerdos de descubierto que tenían las empresas de Báez y el Banco Nación y terminaron investigando un fideicomiso de $ 350 millones mediante el cual el banco oficial prestó la plata a Báez.
Báez siempre dijo en su defensa que el fideicomiso está pago y que cumplió con todas las cuotas. Lo que se investiga es si esos créditos se otorgaron contra respaldos reales o ficticios. Es decir, si el Estado le prestó plata al empresario favorito del gobierno con causa legítima.
En tanto, un informe de la Gerencia de Supervisión de Entidades Financieras del Banco Central, que está en la causa, informó que hubo «debilidades en la gestión crediticia». Pero no los enumera.
Esta causa contra Báez se reactivó tras la declaración como imputado del arrepentido Leonardo Fariña, quien se encargó de negociar el fideicomiso.
El informe de Evaluadora Latinoamericana, que se basó en los contratos de fideicomiso, los balances de las empresas a junio de 2011 y en el flujo de fondos del fideicomiso, concluyó que los valores representativos de deuda A por hasta 300 millones de pesos y los valores representativos de deuda B por 50 millones merecen una calificación BBB.
Esta calificación significa que la empresa Austral tenía buena capacidad de repago de las deudas, «aunque el haber está compuesto por algunos riesgos o créditos superiores a los normales o presenta algunos problemas que pueden solucionarse en el corto plazo».
La calificación final señala que «se consideraron adecuados los criterios de inversión, idoneidad de los administradores y las políticas de inversión y sus objetivos». La cobertura de servicio de deuda es considerada «holgada».
Szewach recordó que las calificadoras de riesgo no son auditores, sino que parten de los datos de los balances ya aprobados y auditados. Y que la calificación no analiza la empresa, sino la probabilidad de que una deuda se pague.
En esta causa, el juez Rafecas pidió a Vialidad Nacional y de la provincia de Santa Cruz un amplio peritaje sobre las obras que fueron puestas como garantía del préstamo para determinar si estaba o no justificado el crédito a Báez.
Pidió el juez hacer fotos de las obras y verificar que se hubieran concluido.
Lázaro Báez
Empresario
Báez pretende eludir la acusación de que el Estado le prestó $ 350 millones a pesar de que la contabilidad de Austral Construcciones no lo respaldaba
fuente LA NACIÒN