Cuatro años después de haberse fugado del país, la vuelta de Ibar Pérez Corradi a la Argentina ya es casi un hecho. Poco después de que aceptara ser extraditado si le garantizaban el cumplimiento de una serie de condiciones, la justicia paraguaya autorizó ayer el traslado del presunto autor intelectual del triple crimen de General Rodríguez.
«El juzgado decidió la extradición sobre la base del requerimiento remitido por la justicia argentina así como también del allanamiento que ha formulado [Pérez Corradi] a través de un escrito a un procedimiento abreviado. Estamos comunicando a las autoridades para que se arbitren los medios necesarios a fin de que este ciudadano pueda ser extraditado a la República Argentina», sostuvo ayer el juez penal de garantías de Asunción, Eulogio Julián López Aquino.
Los plazos legales tras la autorización de la extradición en Paraguay prevén que el imputado sea trasladado en un plazo que ronde los 30 días. Sin embargo, según la defensa de Pérez Corradi -integrada por los abogados Carlos Broitman y Juan José Ribelli-, el viaje podría realizarse esta misma semana.
«Pérez Corradi viene a la Argentina a demostrar su inocencia en el triple crimen y a responder sobre algunas investigaciones como las de efedrina, lavado de dinero y dinero de campaña, además de sus conocimientos de vinculaciones políticas, empresariales, gremiales y demás», detalló ayer Ribelli en declaraciones a Radio 10.
Las condiciones
La semana pasada el detenido había exigido para ser devuelto al país que las autoridades lo ingresaran al Programa Nacional de Protección a Testigos e Imputados, que supone la protección de la integridad física de los imputados o testigos que aporten datos sustanciales para la investigación en curso. Ayer, Broitman dijo a los medios que «presume» que el Gobierno aceptará el pedido del narcotraficante para formar parte de ese programa.
El ex prófugo también había reclamado que sus familias -una en Buenos Aires y la otra en Paraguay- contaran con seguridad y que tuvieran dinero suficiente para mantenerse.
Además, Pérez Corradi había exigido no ser trasladado a una prisión que dependiera del Servicio Penitenciario bonaerense ni nacional, por su propia seguridad.
fuente LA NACIÒN
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