A pesar de que tenía pedido de captura nacional e internacional por su presunta participación en el doble homicidio narco ocurrido en julio de 2008 en un shopping de Martínez, Marcelo Mallo logró permanecer 18 días prófugo sin que nadie lo encontrara. Anoche, minutos después de las 20, se entregó en la sede Olivos de la Prefectura Naval.
El barrabrava de Hinchadas Unidas Argentinas (HUA) y ex dirigente de Compromiso K será trasladado hoy a la mañana al juzgado federal de San Isidro, donde lo indagará la jueza Sandra Arroyo Salgado.
Con la detención de Mallo suman seis los sospechosos apresados por su presunta participación en los asesinatos de los narcos colombianos Héctor Duque Cevallos y John Quintero Gartner en el estacionamiento del shopping Unicenter, de Martínez, el 24 de julio de 2008. Aún quedan dos prófugos, identificados como Gustavo Luaces y Leandro Ghiso.
El último de ellos es íntimo amigo de Mallo y dueño de la pistola Tanfoglio .40 que fue hallada en poder de quien fuera presidente de HUA durante el allanamiento realizado el 3 de enero, mientras se buscaba a los tres condenados por el triple homicidio de General Rodríguez que, el 27 de diciembre, se habían escapado del penal bonaerense de General Alvear.
La acusación contra Mallo, Ghiso y Luaces constituyó la prueba concreta de la existencia de vasos comunicantes entre la masacre del shopping de Martínez, el triple homicidio de la efedrina, un grupo de la barrabrava de Boca y el escándalo del narcoavión de los hermanos Juliá, secuestrado con 988 kilogramos de cocaína el 2 de enero de 2011 en el aeropuerto de El Prat, de Barcelona.
Luaces, imputado del mismo delito que Mallo en el doble asesinato narco, era uno de los gerentes de las empresas Federal Aviation y Medical Jet, de los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá, hijos de un ex jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, que fueron condenados por el tráfico de cocaína y actualmente están presos en España.
Según la investigación encarada por el fiscal de San Isidro Luis Angelini por el doble crimen de Unicenter, Luaces sería el nexo entre los Juliá y la oficina de un broker inmobiliario en Puerto Madero. Al teléfono de línea de esa oficina confluyeron llamados de barras de Boca actualmente detenidos por la misma acusación que Mallo.
Ghiso, íntimo amigo de Mallo, era titular de la Tanfoglio .40 en el momento de la masacre y, aparentemente, trabajaba en la Aduana. Hasta que dictaron su captura, revistaba en otra dependencia pública.
Esa arma estaba desde enero bajo la custodia del fiscal de Brandsen Mariano Sibuet, que tenía a su cargo el ataque de los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci contra dos policías que habían intentado identificarlos la madrugada del 31 de diciembre.
Angelini, que investiga los asesinatos de los narcos colombianos, había solicitado un peritaje entre todas las pistolas Tanfoglio .40 secuestradas por la policía bonaerense, dado que un peritaje había determinado que las estrías de uno de los proyectiles hallados en los cuerpos de las víctimas correspondían a un arma de esa clase.
El resultado de la comparación entre los proyectiles hallados en los cadáveres y la bala testigo disparada con la pistola encontrada en poder de Mallo dio positivo.
Angelini cuestionó a su colega Sibuet por la supuesta demora en comunicar el resultado del peritaje. Y la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, lo criticó por haber demorado 24 horas el pedido de detención, lo que le permitió a Mallo escapar.
fuente LA NACIÒN