EL IMPENETRABLE, Chaco.- «Nos dieron ganas de estudiar inglés para atenderlos mejor.» Raúl Palavecino habla debajo de un algarrobo varias veces centenario, al lado del agua amarronada del río Bermejito. Tiene 42 años y una ilusión: trabajar con los visitantes que lleguen a Nueva Población, el paraje donde vive desde siempre, en el noroeste chaqueño, en medio de El Impenetrable. El deseo se lo dejó una pareja de suizos que estuvo unos días en carpa, navegando en canoa, haciendo avistaje de aves y comiendo chivo asado; la expectativa se la abre el proyecto del parque nacional, frenado en una maraña judicial.
El parque -abarca 129.000 hectáreas del Gran Chaco, el segundo bosque en superficie de América del Sur, después del amazónico- es una oportunidad para desarrollar una de las zonas más postergadas de la Argentina en la que viven criollos, qoms y wichis. El gobierno chaqueño se suma al proyecto con otro de $ 70 millones de ocho postas e incorporación de las comunidades como prestadores; se extiende a 1,5 millones de hectáreas, bordeando el Bermejo, el Bermejito y el Teuco, de Fuerte Lavalle a El Sauzalito.
El ministro de Turismo de la Nación, Gustavo Santos, está convencido de que el turismo puede «sacar adelante» a las 60.000 personas del lugar. «Es la gran apuesta en la que trabajamos Nación, provincia y privados». Insiste en que, más allá de la naturaleza, la clave es el intercambio cultural: «Las comunidades hacen valer lo que son, su historia, su cultura; dejaron de ser subestimadas», dice a LA NACION. Equipara el impacto al del desarrollo de los esteros del Iberá (Corrientes), donde hay 200.000 habitantes.
La iniciativa está demorada por una decisión judicial. Chaco no puede tomar posesión de las tierras y completar la transferencia a la Nación por el reclamo de los herederos de Manuel Roseo, dueño de la estancia La Fidelidad, que se extiende en 129.000 hectáreas chaqueñas y 100.000 formoseñas, no afectadas al parque.
El abogado Gustavo del Corro explica que no se oponen al parque, pero que «deben reconocerse» los derechos de los herederos. «La tasación es vergonzosa, $ 430 la hectárea, cuando el manual de la provincia marca US$ 920.» Si la Justicia da la posesión, no inhibe la continuación del reclamo por el dinero.
Rechaza las denuncias de CLT, la fundación creada por Douglas Tompkins, de que se permite el ingreso de cazadores que ponen en riesgo la biodiversidad. La ONG aportó unos $ 10 millones y dará otros $ 54 millones cuando termine la posesión; pidió contar con un centro científico. «Es una campaña para desacreditar a los herederos, una maniobra mediática para demostrar que hay peligro ambiental», apunta Del Corro.
El 9 de agosto Parques Nacionales -alertado por voluntarios de CLT del campamento La Armonía, en la entrada de la estancia- detuvieron cazadores saliendo con animales en freezers; no es la primera vez. Sofía Heinonen, bióloga presidenta de CLT, insiste en que hay «riesgo cierto» por los cazadores y por el creciente ingreso de animales exóticos, como la vaca y el burro. «Se requiere presencia permanente para la conservación, es un área muy grande. Cuando estuvimos cuatro meses adentro, el comportamiento de la fauna cambió, ahora está sometida a mucha presión, con movimiento de perros y gente».
Expectativas y sueños
Hace tiempo que desde las áreas de Producción y Turismo de Chaco relevan y capacitan a las comunidades. «Vemos qué quieren ofrecer, qué les gustaría hacer, y sobre eso planificamos», señala Hernán Ramírez, director de Desarrollo. Julio Palacio vive a unos 600 metros de Palavecino, es wichi y ya se probó varias veces como guía de visitantes: «Caminamos por el monte, les cuento de los pájaros y de los yuyos; está bien que vengan».
El secretario de Gobierno chaqueño, Horacio Rey, se entusiasma: «Ya se logró que se hable de El Impenetrable más allá de la pobreza y la carencia, que no negamos. El parque será el emblema de una zona en la que asumimos el compromiso de mejorar, pero no llevando nuestras ideas como hicimos otras veces, sino junto con quienes viven allí».
Sulma Argañaraz es criolla y decidió ampliar su casa en La Armonía para alojar visitantes; mientras tanto, cocina para los que llegan hasta el paraje, que, como toda la zona, no tiene agua corriente y se provee de energía por medio de paneles solares. «Estoy ilusionada», cuenta mientras ceba mates y convida pasta frola.
Misión Nueva Pompeya es el corazón de El Impenetrable. Está a 140 kilómetros de la última localidad con asfalto, Miraflores. Los vehículos llegan salvando, como pueden, las subidas y bajadas del camino. Fue fundada a comienzos del 1900 por los franciscanos y conserva, con serios problemas de infraestructura, el edificio original. Son las wichis las esperanzadas en tener más clientes para sus tejidos en chaguar, la fibra de una planta que buscan a unos kilómetros de la localidad.
Elba Rojis es una de las referentes del grupo Chitaj Tokochey, que hace artesanías con la asistencia técnica de la fundación Gran Chaco y de Karina Barrionuevo, del Programa de Desarrollo para Áreas Rurales. Se reunieron para mostrar lo que hacen, teñir las fibras y preparar unos pedidos. Silvina Sampastu, de la ONG, ratifica que el proyecto tiene una mirada «productiva, de cuidado del medio ambiente; genera interés la posibilidad de poder hacer más ingresos, de tener sus espacios».
En Castelli, portal de ingreso a la zona, las qoms de Shepi Alpi también se preparan para trabajar más. Sumaron diseño -con la asistencia de una cooperativa de Buenos Aires- a sus tejidos en palma y se organizaron con la ayuda de Alba Rostan, de la Junta Unida de Misiones (organización de iglesias evangélicas). Sabina, Andrea y María están en su salón ordenando sus cestos para bicis y mochilas, mientras explican que «vender más ayuda a estar mejor».
fuente LA NACIÒN