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Odebrecht recibió con el kirchnerismo millonarias obras y un trato diferencial

La constructora brasileña Odebrecht, que acaba de reconocer ante autoridades norteamericanas el pago de coimas por US$ 35 millones en la Argentina para ganar licitaciones de obras públicas, mantuvo un vínculo estrecho con los gobiernos kirchneristas, según corroboran documentos oficiales que evaluó LA NACION.
Odebrecht, además, fue una de las grandes ganadoras de licitaciones públicas en los últimos 12 años, a tal punto que se alzó con contratos con el Estado por $ 10.730 millones durante las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner.

Esa cifra representa el 3,19% de los recursos que el anterior gobierno destinó al sector de la construcción, y le permitió a la firma ahora cuestionada ocupar el séptimo lugar en la lista de compañías beneficiadas por los contratos con el Estado desde 2003 hasta agosto de 2015.

Así se desprende de las cifras que difundió el año pasado el ex ministro de Planificación, Julio De Vido, para demostrar que las empresas de Lázaro Báez no habían sido favorecidas con fondos públicos (el primer lugar de esa nómina la encabezaba Techint, y en el tercer puesto estaba Iecsa, de Ángelo Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri).

En la lista que difundió De Vido figura entre paréntesis el nombre de Marcelo Odebrecht, el ex CEO de la empresa, que en marzo de este año fue condenado a 19 años de prisión en su país. El mismo ejecutivo señaló que le pagó sobornos al ex presidente brasileño Luiz Inácio «Lula» Da Silva y le pagó US$ 3 millones al actual mandatario de Brasil, Michel Temer.
Las coincidencias incómodas para el kirchnerismo van mucho más lejos. Entre el 5 de abril de 2006 y el 15 de mayo de 2014 hubo al menos 22 reuniones entre funcionarios de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner y ejecutivos de Odebrecht, según figura en el registro de audiencias que deben completar ciertos funcionarios públicos de alta jerarquía (es probable que hayan tenido más encuentros por fuera de los registros). De ese listado surgen varias rarezas. El propio Marcelo Odebrecht, eje del escándalo por coimas en su país, vio a Cristina Kirchner en el despacho presidencial dos veces con muy poca diferencia de tiempo.

La primera fue el 31 de julio de 2013 a las 19.15. A diferencia de otros casos, no hay ninguna síntesis en los documentos que permita inferir el motivo de la reunión. Tampoco está claro quiénes fueron los asistentes. Sólo se menciona a Odebrecht como participante. Él mismo había pedido el encuentro. Un mes después, el 31 de agosto, por pedido de De Vido, que también participó del encuentro, Odebrecht se volvió a reunir con Cristina Kirchner a la misma hora. Tampoco hay referencias sobre el motivo del encuentro.

Pese al contacto fluido entre representantes de la compañía y del gobierno kirchnerista en ocho años, las visitas registradas terminaron abruptamente el 8 de mayo de 2014. Fue un encuentro al que accedió el ministro de Economía, Áxel Kicillof, por pedido de Flavio Farías, gerente local de Odebrecht. Participaron otros funcionarios y ejecutivos del grupo privado. A diferencia de la reserva de las reuniones entre el CEO del holding y la ex presidenta, se explica que el encuentro estuvo destinado al «análisis del sector de la construcción».

También hay registro de encuentros con la gobernación bonaerense, donde la empresa desarrolló algunos de sus proyectos. De hecho Marcelo Odebrecht se reunió con el propio ex gobernador Daniel Scioli el 16 de enero de 2013.

Odebrecht cayó en prisión en junio de 2015, pero el escándalo del Lava Jato, la investigación que derivó en el encarcelamiento de Odebrecht, había recrudecido varios meses antes.

El avance de los descubrimientos en Brasil coincide parcialmente con la fecha en que los directivos de Odebrecht dejaron de visitar a funciarios importantes, al menos de manera registrada.

Por Twitter, esta semana el ex ministro De Vido sostuvo que no recibió coimas de la compañía brasileña. Difícilmente, le alcance para convencer a la Justicia local de que no es necesario investigar una eventual conexión con su cartera.

Más aún si se tiene en cuenta que Roberto Baratta, ex coordinador de Planificación y el hombre de confianza de De Vido mientras estuvo al frente de la cartera, fue la persona que más veces vio a directivos de Odebrecht en los últimos años, con una frecuencia particularmente alta entre 2007 y 2008, un período especialmente investigado por la Justicia.

Los registros casi no dan especificaciones sobre los motivos de los encuentros. Apenas hacen la referencia «gasoductos», que muy probablemente se refiere a la construcción de ductos que realizó la empresa en los últimos años, otro ítem que sigue de cerca la Justicia argentina.

La reunión registrada más vieja data del 5 de abril de 2006. Según los documentos, sólo participaron Farías y el ex interventor del Enargas (el ente que regula al sector gasífero) Fulvio Madaro, que fue el anfitrión. Junto con el ex director de Nación Fideicomisos, Néstor Ulloa, Madaro fue uno de los principales involucrados en el caso Skanska, el primer gran escándalo de corrupción del kirchnerismo. Junto con otros funcionarios, ambos habían sido sobreseídos en 2011 por la sala I de la Cámara Federal. El año pasado, sin embargo, la Corte Suprema reabrió la causa.

Los funcionarios macristas registran tres reuniones con directivos de Odebrecht. En todos los casos se trata de hombres que trabajan en el Ministerio de Energía, que maneja Juan José Aranguren.

 

fuente LA NACIÒN

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